Querido Carlos. La magia de la cuántica consiste en desafiar la lógica. El gato vivo-muerto de Schroëdinger, o el fotón indeciso que atraviesa dos rendijas a la vez. Los juntores, cuantificadores, modos Ponens o Tollens, silogismos en Barbara, Camestres,o Davitis como ese tan fúnebre de "Todo hombre es mortal" que permitió a Sócrates chupar la cicuta se basan todos en el valor de verdad de una proposición.(Lo diga Agamenón o su porquero). Y las maravillosas y veloces computadoras actuales, que hace mucho ya que superaron las voluminosas dimensiones de los núcleos de ferrita, sin embargo siguen vinculadas a las puertas de siempre : Or, And, Not, y sus tablas de verdad. Un ordenador cuántico supera con su magia esas limitaciones, el entrelazamiento y la superposición cuántica subvierten la lógica. Lo interesante sin embargo es ir mas allá de lo tradicional y descubrir si realmente uno y uno son dos.
Pero tienes razón, la dificultad estriba, como siempre, en poner puertas al campo o meter en un agujerito de la playa el mar entero. Quizás para un ordenador cuántico, el teorema de Gödel solo sea un chascarrillo.
Me interesa mucho lo que escribes. Muchas gracias.
Pero debo decir en honor a la verdad que todo lo referente a la magenta me coge en "orsay" que decía de niño. En cuanto a la lógica cuántica me quede en Birkhoff y Von Newman y el teorema de Kochen-Specker. Creo que habrá llovido mucho desde entonces.
Estoy convencido que para un catedrático de Tecnología Química no presenta ningún secreto el tema central del artículo: la propuesta de utilizar las moléculas de colorantes orgánicos como qubits.
Si alguno de los términos de mecánica o tecnología cuánticas que utilizo presentan dudas, he comprobado que todos son accesibles a través de Google.
Efectivamente parece magia algunas de las propiedades de la física cuántica por el contraste que supone con las observaciones del universo macrofísico que nuestros sentidos perciben, pero ahí están y, lo más curioso, es que funcionan, que hay ordenadores cuánticos que hacen cálculos con qubits.
Supongo que también nosotros somos superposiciones pero que, dada nuestra masa, están colapsadas en un estado base.
Se que se estudian tecnologías de tormentas iónicas para crear películas de 1 átomo de grosor sobre metales. En la actualidad eso se piensa para crear superficies completamente planas que no ofrezcan resistencia para la reentrada de naves en la atmósfera y cosas por el estilo. Quizás una tecnología parecida sea utilizable para colocar las moléculas de las que hablas. Aparte de eso me resulta inteligente tu propuesta, ni idea de si es viable, pero desde luego suena coherente
Soy un lego pero me pregunto: ¿Una película de un átomo de grosor atenuará perceptiblemente la rugosidad inicial de la superficie donde se deposite?¿ Recubrirá en algo sus irregularidades?
Dr en Economía y Relaciones Internacionales, UAM; Ldo en Filosofía, UAM; Ingeniero Industrial UPM; MBA por Carnegie-Mellon. Filología Árabe y Pensamiento Islámico UAM. Profesor universitario. Doctor Honoris Causa, Universidad de las Américas. Cruz de Alfonso X el Sabio.
Autor de Economía con karma. 3ª edición ISBN 978-841743632-2
Respuesta I. 2ª edición. Cuestiones Fundamentales de física. ISIN 978-841743631-5
Respuestas II. Cuestiones de Metafísica. ISBN 978-841743637-7
Hacia un nuevo orden mundial. ISBN 978-1-4343-1744-5
Toward a new world order. ISBN 978-1-4343-2992-9
Serie Neuronauta en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=sltMzz8eV7o&list=PL9nS4wPk8aHn-5jr4COhNQR9dE-jJVPHk.
Casado con Mª Isabel garcía Gordillo
Miembro del Grupo de Contacto Academico de la Convención Europea que redactó la Constitución Europea y asesor de la Unión Europea en los tratados de paz de la antigua Yugoslavia.
Fue Socio Director de Consultoría de Ernst &Whinney en España (Hoy Ernst &Young) y Director de la División de Gobierno y Empresas Públicas de Arthur Andersen.
Exconsultor de Naciones Unidas y de la Unión Europea.
Habla cinco idiomas
8 comentarios:
Carlitos, como siempre con tus artículos, me has dejado obnubilado. Tendré que leerlo más veces para enterarme de lo que dices.
Un abrazo
Andres
Querido Carlos.
La magia de la cuántica consiste en desafiar la lógica. El gato vivo-muerto de Schroëdinger, o el fotón indeciso que atraviesa dos rendijas a la vez.
Los juntores, cuantificadores, modos Ponens o Tollens, silogismos en Barbara, Camestres,o Davitis como ese tan fúnebre de "Todo hombre es mortal" que permitió a Sócrates chupar la cicuta se basan todos en el valor de verdad de una proposición.(Lo diga Agamenón o su porquero).
Y las maravillosas y veloces computadoras actuales, que hace mucho ya que superaron las voluminosas dimensiones de los núcleos de ferrita, sin embargo siguen vinculadas a las puertas de siempre : Or, And, Not, y sus tablas de verdad.
Un ordenador cuántico supera con su magia esas limitaciones, el entrelazamiento y la superposición cuántica subvierten la lógica. Lo interesante sin embargo es ir mas allá de lo tradicional y descubrir si realmente uno y uno son dos.
Pero tienes razón, la dificultad estriba, como siempre, en poner puertas al campo o meter en un agujerito de la playa el mar entero.
Quizás para un ordenador cuántico, el teorema de Gödel solo sea un chascarrillo.
Me interesa mucho lo que escribes. Muchas gracias.
Pero debo decir en honor a la verdad que todo lo referente a la magenta me coge en "orsay" que decía de niño.
En cuanto a la lógica cuántica me quede en Birkhoff y Von Newman y el teorema de Kochen-Specker. Creo que habrá llovido mucho desde entonces.
Me admiras y te envidio, Carlos. Un abrazo.
Mi muy querido Andrés,
Estoy convencido que para un catedrático de Tecnología Química no presenta ningún secreto el tema central del artículo: la propuesta de utilizar las moléculas de colorantes orgánicos como qubits.
Si alguno de los términos de mecánica o tecnología cuánticas que utilizo presentan dudas, he comprobado que todos son accesibles a través de Google.
Mi no menos querido Renato,
Efectivamente parece magia algunas de las propiedades de la física cuántica por el contraste que supone con las observaciones del universo macrofísico que nuestros sentidos perciben, pero ahí están y, lo más curioso, es que funcionan, que hay ordenadores cuánticos que hacen cálculos con qubits.
Supongo que también nosotros somos superposiciones pero que, dada nuestra masa, están colapsadas en un estado base.
Recibido por e.mail:
Brutal!!!
No se, pero creo que terminaría manchándome las manos de magenta
Enhorabuena
Un abrazo
Federico
Recibido por e-mail:
Se que se estudian tecnologías de tormentas iónicas para crear películas de 1 átomo de grosor sobre metales. En la actualidad eso se piensa para crear superficies completamente planas que no ofrezcan resistencia para la reentrada de naves en la atmósfera y cosas por el estilo.
Quizás una tecnología parecida sea utilizable para colocar las moléculas de las que hablas.
Aparte de eso me resulta inteligente tu propuesta, ni idea de si es viable, pero desde luego suena coherente
Victor
Soy un lego pero me pregunto:
¿Una película de un átomo de grosor atenuará perceptiblemente la rugosidad inicial de la superficie donde se deposite?¿ Recubrirá en algo sus irregularidades?
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