Me encuentro en una fase de la vida en la que el interés por
releer libros leídos hace tiempo supera al interés por nuevas lecturas. Uno de
los atractivos es el ir leyendo las notas al margen, las glosas al texto, que
fui escribiendo cuando lo leí por primera vez.
El debate presupuestario de este final de legislatura de
2015 está sacando a la luz comentarios sobre las virtudes y defectos del
marxismo que me han motivado a desempolvar El Capital de Karl Marx y volverlo a
leer.
La experiencia histórica de haber dividido en mundo en dos
sistemas económicos, dividiendo continentes, estados e incluso ciudades, ha
permitido demostrar que, en la práctica, el sistema comunista produce más
penurias que beneficios, que la gente se jugaba la vida saltando el muro de
Berlín por escapar del mundo comunista y parecía que la caída de ese triste
muro sancionaba la economía de libre mercado y enterraba al comunismo.
Personalmente, creo que el sistema comunista, como sistema económico de una comunidad
de consumo, es el ideal para pequeñas comunidades entre cuyos miembros haya una
gran solidaridad, como ocurre en una familia, un convento o una comuna hipy, pues el administrador central
conoce bien las necesidades de cada miembro y puede asignar las prioridades de
compra a la par que los miembros no tienen grandes problemas en asumir las
decisiones del administrador, pero para comunidades más numerosas, como
demostraron los economistas de la Escuela de Viena, la planificación central no
resulta eficiente. Desde el lado de la producción, también se ha podido ver
empíricamente que el comunismo no resulta competitivo, pues además de no
acertar con las necesidades reales de los consumidores, produciendo productos
que nadie quiere a la vez que desabastecimientos, el sistema de cuotas no optimiza, como en el caso de las acerías rusas que no quisieron producir aceros ligeros porque la cuota de
producción les era impuesta por toneladas y, además, es un sistema que margina al consumo
privado potenciando la producción de cañones y de maquinaria pesada sobre la de
artículos de primera necesidad, y multiplicando los funcionarios públicos y el ejército; posponiendo sine
die el ideal del paraíso comunista, ya que, al controlar el Estado todos los recursos económicos, los dedica a potenciar el poder del propio Estado. Por otro lado, la concentración de poder y la escasez de bienes de consumo dispara la corrupción. A titulo de ejemplo, el representante de Lada en España contaba
que la fábrica en Rusia no vendía los coches a cualquiera, sino que eran asignados en
base a cuotas a los directivos de otras fabricas rusas que proporcionaban a cambio bienes
alternativos a los empleados
de Lada.
Pero como la hierba mala nunca muere, he ahí que surgen
nuevos políticos con el libro de El Capital bajo el brazo pero mal leído, prometiendo
el bienestar sin esfuerzo y el endeudamiento sin amortización ni devolución del
préstamo. Pero, ¿qué dice Karl Marx en El Capital?
En mi relectura voy por algo más de la mitad del primer
tomo, por lo que espero tener ocasión de comentar el resto cuando lo termine,
pero ya hay materia sobre la que poder emitir una opinión.
Tengo que empezar diciendo que Max sorprende por su cultura,
demuestra que ha leído cantidad de libros y artículos, sobre todo de filosofía,
aunque también de sociología, economía y literatura. Cita a Aristóteles en
griego, hace comentarios en latín, deja claro que con el inglés, domina alemán,
su idioma materno, y francés, incluyendo citas en italiano, y tiene una prosa
fruida, demostrando un amplio y detallado conocimiento de la industria textil británica. Las matemáticas o no las domina mucho o considera que sus lectores no
estarían a la altura, de modo que los conceptos matemáticos los ilustra con elementales
ejemplitos de aritmética, pero está claro que estamos ante una mente despierta
y cultivada.
La base de su tesis arranca del principio, que él considera
científicamente probado en su libro, de que el beneficio de una empresa se debe
a la plusvalía generada en el proceso de producción y que dicha plusvalía es
exclusivamente generada por la aportación de la mano de obra al valor de uso
del producto en la elaboración de dicho producto. Empieza por considerar como
componentes del producto final, los medios de producción aportados por el
capital, la materia prima y los productos semielaborados adquiridos por el
capital, a los que se añade la mano de obra aportada por el trabajador; pues
bien, solo la mano de obra es la que aporta plusvalía y esa plusvalía se genera
por el exceso de horas trabajadas respecto al salario recibido lo que hace que
el trabajador no está empleado por el capital, sino explotado por el
capitalista, quien se atribuye todos los beneficios generados por el obrero, ya
que es el único que genera beneficios.
En éste esquema, Marx ignora otros factores necesarios para
la producción y, como consecuencia, descarta la aportación que puedan tener a
la revalorización producida por la transformación de componentes en producto
final otros componentes, como son el diseñó, la organización, la coordinación y
dirección y la comercialización. Tampoco valora, a la hora de atribuir
beneficios al capital, la compensación por el riesgo asumido en la inversión ni
por la innovación como emprendedor. Llama especialmente la atención que niega
todo valor a la comercialización, para él, un fardo de algodón en la India
tiene el mismo valor que en Inglaterra, cuando es evidente que el valor de esa materia
prima aumenta si en vez de ser procesada a mano lo es con la ayuda de la
maquinaria más moderna de la época, dado que su proceso será más productivo.
De mis notas de antaño destaco dos comentarios. ¿De dónde sale la plusvalía de una
inversión especulativa en la que nada se produce ni altera? Y ¿Cómo se produce
plusvalía en una fábrica totalmente automatizada en la que no hubiese necesidad
de ninguna intervención humana?
5 comentarios:
Recibido por email:
Envío unas reflexiones por si sirven de mas reflexión
Abrazo cordis
Carlos
INMIGRACIÓN ILEGAL: ¿RESACA DEL COLONIALISMO?
"Se considera inmigración irregular o inmigración ilegal a la migración de personas a través de las fronteras sin atender los requerimientos legales del país de destino. La persona que se encuentra en esta situación se denomina inmigrante irregular, ilegal, indocumentado o sin papeles. ...
http://es.wikipedia.org/wiki/
1. Me apresuro a manifestar que estoy totalmente a favor de ayudar al menesteroso, al atribulado, como el humanitarismo establece y como mi profesión avala. No obstante menesterosos o no, el ser humano puede cometer actos ilegales sin que él lo sea. Por tanto, considero el termino "irregular" un disfraz de una verdadera acción ilegal. El penetrar en un pais sin cumplir lo establecido es irregular e ilegal. No mareemos la perdiz ni la disfracemos ¡Puertas abiertas a todo inmigrante que cumple con la ley establecida!.
2. Estableciendo así el inicio de mis consideraciones, tras llamar "ilegal" a lo que se considera en todo código COHERENTE ilegal, tras reconocer que no solo el colonialismo salvaje efectuado en el pasado / presente por Occidente ha sido / es nefasto; tras asegurar que los liderazgos de esos países barridos por sus odios y sus miserias son partícipes de esta fuga desesperada,... hemos de plantear soluciones atajando la raíz lo podrido, no solo paliando los síntomas dando de comer y beber al hambriento/sediento, dando vestido al desnudo, y posada al peregrino... etc...etc..., sino que hay que coger al toro por los cuernos y buscar soluciones dignas pero definitivas.
3. La avalancha hacia Occidente de humanos depauperados, es un hecho que crece por días. Imparable,dado que los mandatarios europeos o los de Naciones Unidas, no han establecido compuertas o vías de parar bloquear la pacífica invasión o canalizar la ayuda.
4. El número creciente de gentes que se abalanzan ilegalmente - aun siendo ellos legales - hacia Alemania, Italia, Grecia, España, USA... debe ser de inmediato, controlado con documento de inmigrante ilegal, aun reconociendo que recibirán albergue, sanidad y comida como cualquier parado de cualquier nación. Siempre considerando que incrementan la competencia en puestos de trabajo, ya escasos en países "ricos" como Alemania o "menos ricos" como Grecia.
Recibido por email:
II En plan de "tormenta de ideas" expongo:
a. . La Comunidad Europea debe establecer y aprobar presupuesto de "Ayuda Europea para la Inmigración Ilegal". como se ha establecido el discutible "rescate a "Gobiernos menesterosos". Casas, urbanizaciones, habitáculos prefabricados perfectamente dotados, con servicios sanitarios, comedores, supermercados, etc,... barracones actualizados en sus servicios.. Una ayuda social bien establecida no interpretad como "appartheid" o "campo de concentración". En tiempos terroristas... control minucioso. Pero abiertos a una decidida y cordial permeabilidad e intercambio cultural.
b. La ayuda principal - independiente que se dote con masita oí "dinero de bolsillo", a los huéspedes refugiados - ha de establecerse en el país de origen, estableciendo un control riguroso con funcionarios del Banco Mundial
.
c. Crear entonces allí, trabajo escalar iniciado por una sencilla explotación agrícola o minera .Lo demás sería lo de "pan para hoy, hambre para mañana".
.
d. Anunciar a los inmigrantes llegados con ilegalidad, que serán los primeros en obtener casa, pan y trabajo ("pan, sal y asiento a la lumbre", que decían las Ordenazas de Carlos III)
e. Control exhaustivo por Tierra, Mar y Aire - las Fuerzas Armadas están en "paro" en tiempos de paz - para impedir cualquier intento de penetración ilegal. (En realidad estamos en tiempos de guerra, dado que se trata de una invasión comprensible, pero lamentable invasión y por tanto ilegal).
f. Establecer un clarísimo Código de Hospitalidad, no necesariamente idéntico al de los nativos ciudadanos, los cuales soportan crisis, pagan impuestos y/o están en oneroso paro en su propio país.
ES INMINENTE EL EVITAR REACCIONES XENÓFOBAS - COMPRENSIBLES PERO NO ADMISIBLES -, COMO LA PREOCUPANTE DE ALEMANIA.
Calos
Querido Carlos, ante todo quiero mandar desde aquí mi mas ferviente deseo de que el maravilloso e incombustible Chacho supere una vez mas sus pertinaces achaques. Creo y confío que así será. Además si unimos su Fe en la Virgen, las oraciones de todos sus amigos (que somos muchos) y mi ácrata esperanza, creo que se vuelve inevitable su éxito. Comeremos otra vez juntos, amigo.
Como ya sabes me parece una delicia leer tus reflexiones aunque en muchas ocasiones difiera de su enfoque o actualidad, y es que siempre se aprende de los maestros.
Carlos Marx, al que Dios tenga en su gloria, es ante todo un filosofo visionario (“re”) heredero muy a pesar suyo del pensamiento renacentista. Pretende ser práctico y eso le lleva a simplificar demasiado los ejes de la contradicción Capital-Trabajo o Producción-Riqueza. No obstante creo que debería ser de lectura obligatoria y pausada para todo aquel que pretenda entender que es “lo que nos pasa”, como diría Ortega, en este malhadado siglo XXI.
No deja de hacerme gracia esa sorpresa tuya ante la gran erudición del señor Marx. En cierto modo me recuerda esa vieja superstición adoctrinada de que los comunistas eran malos, sucios, incultos y violentos. Salvajes corta cueros cabelludos. Viva Búffalo Bill.
Pero los hechos de la Historia ya debían haber superado con creces los obsoletos prejuicios, tanto a favor como en contra, que un primitivo sistema de reparto universal originaba. Las filosofías pasadas tienen un limitado valor antropológico. Marx o Schpenhauer.
La realidad que yo veo es que ha habido un gran golpe de timón en la concepción de la calidad de la vida humana universal. Se han depurado conceptos y se ha creado un nuevo paradigma.
De nuevo hola, Carlos. No quiero parecer agresivo, pero me da la impresión que tanto el último artículo como los dos comentarios que hasta ese momento se podían leer contemplan el problema del emigrante forzoso, menesteroso hambriento sin hogar ni país, desde el distante punto de vista de la ilustrada lógica elitista. Se nota que no llegamos a entender la tragedia de ver como se desvanece parte de tu vida en la nada, que no sentimos la angustia que crea la necesidad obligada de tener que dejar todo lo conseguido por razones de un maniqueísmo innecesario. Por eso en ellos se habla de legalidad e ilegalidad. Como si las leyes tuvieran algo que ver con la Justicia. Ya deberíamos haber aprendido que las leyes solo sirven para hacer mas sencilla la continuidad de un determinado sistema político.
Quizá la principal necesidad espiritual del ser humano se encuentre vinculada a la seguridad. Seguridad para perpetuar la especie con dignidad. Seguridad para poder transmitir a nuestros hijos y descendientes nuestros valores morales, (costumbres) aunque entendamos que son subjetivos, para así de alguna manera sobrevivir con ellos.
Eso es lo que el mundo de los privilegiados quiere reservar solo para los elegidos por ellos. Los demás deben vivir en la inseguridad total.
Oh si, nuestro maravilloso sistema de Valores: el sistema de créditos y prestamos orientados hacia el consumo desordenado, el sistema de educación que consagra el consumo desordenado como la mas eficaz vía hacia la felicidad, el adoctrinamiento para convencer que el mayor consumo da exclusividad y que la competitividad es el principal de los valores sociales. Su objetivo es fabricar inseguridad a largo plazo. Y de la inseguridad a la esclavitud solo hay un paso.
La palabra polisémica que se emplea para perpetrar el engaño, es “Libertad”.
Pero “La Libertad” es un ente de razón que se mueve, como ya escribió alguien antes, entre el Azar y la Necesidad. Hoy día se utiliza demagógicamente. Muchos creen que la Libertad es tener los Alcampo, Mercadona, y Zara con las estanterías repletas. Aunque debamos el 100% del PIB, paguemos la construcción de aeropuertos que no reciben aviones y a los bancos los rescaten los mismos a los que desahucian.
Leer a Marx está muy bien. Siempre hace reflexionar. Aunque se lea con el único y exclusivo afán de criticar su análisis y desmontar sus tesis. Pero Marx está muerto y los que aun valoran sus propuestas lo hacen desde el romanticismo. Los problemas ahora son otros, (porque el péndulo sigue oscilando), mas injustos y dolorosos.
Pero parece que es bueno asustar con un enemigo inexistente, la terrible Manuela Carmena (marxista) hará que los "privados" de la Botella olvidéis al faraónico y endeudador Gallardón. Cosas de la engañosa Esperanza. (En la caja de Pandora).
El otro día daban por televisión la segunda parte de la saga “Los juegos del hambre” (“En llamas”) y aburrido como estaba la volví a ver. Hay un pasaje en el que están los protagonistas en una fiesta y el joven Peeta no puede comer mas. Entonces le ofrecen una copa con un licor ambarino, para vomitar dicen, y poder seguir comiendo.
“En el Distrito Doce la gente se muere de hambre y en el Capitolio vomitamos para seguir comiendo” se escandaliza el joven.
Oh, la magia del cine. Los espectadores vemos con buenos ojos la rebelión violenta de los distritos contra el cruel sistema y los rebeldes son para nosotros los buenos. Deseamos que quiten ese abyecto sistema de injusticias.
De lo que no nos damos cuenta, evidentemente porque no queremos hacerlo, es de que estamos frente a un pulido espejo. Etiopía, Biafra, Haití, desahuciados, parados, enfermos, refugiados de la guerra malviviendo en las fronteras repletas de alambradas y concertinas, emigrantes golpeados en las vallas o ahogados en el mar, hay muchas similitudes.
Pero nosotros seguimos hablando de la ilegalidad frente a unas determinadas leyes, precisamente las que nos ayudan a mantener los privilegios.
Líbranos Señor de los antisistema.
Abrazos.
Creo querido Carlos, aunque no soy un experto ni mucho menos, que el plusvalor viene cuantificado como la expresión monetaria del plustrabajo. (En esos términos marxistas que diferencian el trabajo de la fuerza de trabajo, naturalmente).
Por tanto desde ese punto de vista las transacciones financieras no generan ninguna plusvalía y los intereses y beneficios que se extraen de ellas son una disminución de la riqueza del sistema y un gran aumento de la entropía económica del mismo.
No se trata de un mal reparto, se trata de una extracción perversa y perjudicial.
(Interesante leer a Jesús Lizcano y su M.E.C.E.A.S.)
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