¿Que razones hay para
desahuciar a 443 familias de un plumazo?
La defensa que algunos hacen de
las Cocheras de Cuatro Caminos carece de justificación, dado que habiendo 443
familias, con derechos adquiridos como propietarios de esos terrenos, no es
planteable ningún argumento que suponga arrebatar a esas familias los derechos
que tienen. El argumento de que fueron diseñadas por Palacios no es
justificación, pues no se trata de un edificio que tenga ningún valor artístico
ni cultural, como han certificado tanto la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando como la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de
Madrid y como puede comprobar cualquiera que las vea.
Hablan de incorporar a las
decisiones la participación ciudadana, pero en el debate que abrió Salvemos
Cuatro Caminos en la Web del Ayuntamiento de Participación ciudadana
(www.decide.madrid.es/debates/2969) su defensa de las cocheras del metro perdió
con el 57% en contra y en la Asamblea Abierta organizada por el Ayuntamiento de
Madrid el 24 de abril de 2016, quedó abrumadoramente demostrado el sentir
popular manifestado por los vecinos portavoces de ese sentir popular en la
asamblea, avalados por cientos de votos de vecinos. (Ver: http://bit.ly/1VvwHE3
)
No parece que a nadie importen
otros aspectos del caso, como los económicos, los sociales o los jurídicos.
Esos terrenos tienen dueño. Eran públicos y ahora son privados porque el
antiguo propietario, Metro, los vendió en subasta pública. Por lo que toda
propuesta debiera tener en consideración los derechos de los actuales
propietarios. Hay que reconocer el carácter vinculante de los acuerdos que se
contraen y la permanencia de la identidad de las instituciones aunque cambien
sus gestores.
Esos talleres, lo que necesitan
es modernizarse, a fin de dar el debido servicio al Metro que hoy necesita. Por
eso las vendió la sociedad pública, para que otros les financiasen las obras de
remodelación, a la vez que hacían caja con una operación inmobiliaria. El
Ayuntamiento de París, además de poder comprar, tiene derecho de tanteo y
retracto sobre todas las transacciones inmobiliarias en la ciudad y lo ejercen,
con lo cual, cuando quieren actuar o conservar sobre un inmueble, lo compran y,
si lo tienen, no lo venden. El terreno de las cocheras era público y se subastó
para deshacerse de él. La solución técnica que se ha encontrado es hacer unas
nuevas cocheras subterráneas. Pero el monotema de las viejas cocheras margina
otras consideraciones. De manera que al igual que no se consideran los aspectos
económicos ni los humanos, tampoco se tienen en cuenta los beneficios ni la
calidad del proyecto Metropólitan. Quien haya seguido los debates en Europa
sobre las consecuencias para el urbanismo de las recomendaciones de Kyoto saben
que se aconseja: Construir en altura, para reducir los desplazamientos
horizontales, sumideros de CO2: parques, jardines, terrazas ajardinadas;
reducir emisiones, buenos coeficientes energéticos que eviten pérdidas de
energía, energías alternativas. Todo ello lo cumple el proyecto. Incluso se
podría considerar combinar la refrigeración del metro con la calefacción de los
edificios por simple convección. También cumple el proyecto con las
especificaciones de la Bauhaus: edificios integrados en un parque, edificios
con cuatro fachadas, espacios armónicos, diseño integral. La mayor necesidad
del barrio es rejuvenecerse, pero nadie habla de que la inmensa mayoría de los
cooperativistas son parejas jóvenes en edad de tener hijos.
Podría pensarse si la razón que soporta
la decisión de paralizar el proyecto Metropólitan, es una cuestión ideológica.
Evidentemente, ideología marxista no es y de izquierdas tampoco, pues Carlos
Marx advierte en los Grundrisse que las "fuerzas reaccionarias frenan el progreso
potenciando el valor de los vestigios del pasado porque los tienen delante,
mientras que las virtualidades o
potencialidades de lo proyectado solo adquieren todo su valor al
desarrollarse" y Henri Lefebvre, comunista francés,
filósofo y urbanista, dejó escrito
que “los proyectos relativos al espacio,
sean arquitectónicos, urbanísticos o de planificación, deben ser gestionados
mediante el empleo político del saber, de un conocimiento en principio
desinteresado, evitando caer en ideologías que tienden a confundirse con el
conocimiento por aquellos que aceptan esta práctica” (La producción del
espacio, IV.5)
La creación de espacio, como
propone Lefebvre, supone despejar el espacio previo que se queda como
sustrato. A veces, el sustituir mentalmente el espacio social por un
espacio abstracto permite que "el poder de la burocracia esquive con
coartadas reivindicaciones y propuestas (en favor de satisfacer necesidades
sociales) para sustituir objetivos vitales por objetos" en este
caso viviendas por naves fuera de servicio. (La producción del espacio XVIII.8)
La ideología es la cristalización
de un eslogan impermeable a la argumentación e ignorante de las restricciones y
oportunidades de cada espacio, transforma la realidad en esquemas y la
reflexión en dogmas, eliminando toda información que se oponga a las
intenciones del ideólogo. Pero no consigo entender qué ideología motiva la
actitud que defiende la paralización del proyecto, pues hablan en genérico de
necesidades sociales que Lefevbre cita
como excusa de la burocracia para sustituir
objetivos sociales por objetos, lo que supone una ideología antisocial
impropia de la izquierda. Lo que hace pensar en que no es la ideología el
motivo real, sino algún otro tipo de interés o agenda oculta.
El ser humano tiene necesidad de
saber, decía Aristóteles, de dar respuesta a las preguntas que a si mismo se
hace. Cuando se contempla un fenómeno inexplicable, la imaginación comienza a
fabular en busca de razones ocultas que la vista no alcanza a ver ni la razón a
comprender. Es el método que sigue la ciencia, cuando, al no entender, se inventan
razones, construyendo hipótesis que más tarde se tratan de confirmar. ¿Qué
razones puede haber para que mayoritariamente, los políticos que regentan la
ciudad y la comunidad de Madrid defiendan lo indefendible? Estando, además,
dispuestos a sacrificar a 443 familias, en descarada confirmación de que
ejercen y se amparan tras la banalidad del mal que denunciaba Hannah Arendt
Descartada la coartada de las
cocheras por absurda y descartada la tesis de la ideología por opuesta a los
principios declarados por quienes forjaron esas ideologías que afirman defender,
las imágenes que la imaginación fabula, en busca de sentido, sobre el contenido
de una posible agenda oculta se acumulan ¿Estará Arabia Saudita financiando que
los mejores solares de Madrid queden sin construir para poder levantar
mezquitas en ellos dentro de unos años? ¿Habrá invertido CIU parte del 3% acumulado
en un plan por evitar la instalación de parejas jóvenes en Madrid, a fin de
despoblar la ciudad por envejecimiento y defunciones, para justificar trasladar
la capital del Reino a Barcelona dentro de unos años? ¿Hay un promotor lo
suficientemente poderoso como para paralizar toda la obra nueva de Madrid y
quedarse con el monopolio de las viviendas de nueva construcción?
Ante la falta de otra información
que aclare las motivaciones ocultas que pueda haber, todas las imaginables son
hipótesis plausibles, máxime en el contexto en el que, al parecer, se
desenvuelve la política española, ya que justificarían un hecho injustificable por
otras causas, aportando racionalidad a la sinrazón. Por inverosímiles que
parezcan esas hipótesis, convendría verificarlas, no pueden ser tan
irracionales e inhumanos para actuar tan mal y mezquinamente como están
actuando sin motivaciones convincentes.
Pero lo más probable es que se
trate de una mera cuestión de vanidad. Da la impresión que alguien, incapaz de
dejar poso con sus propias obras, pretende alcanzar una fama efímera intentando
capitalizar los posos de la obra del prójimo. Habiendo descubierto algún
político la oportunidad en ello para criticar la labor de la oposición cuando
estaban en el poder, al creer haber encontrado un justificante para desmerecer
una buena gestión que resuelve un necesidad del Metro y permite desarrollar con
esplendor una zona de Madrid. Pero
volvemos a la cuestión fundamental, sea la que fuese la razón por la que unos y
otros actúan como actúan, lo hacen de espaldas al daño que causan a las
víctimas de sus irresponsables actos, banalizando el mal.
Notas recordatorias:
OPEP: Organización Publica para la Especulación Programada
OPEP: Organización Publica para la Especulación Programada
Desahuciar:
Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea
2. Desalojar: Quitar a alguien la
propiedad o el uso de su vivienda
Crimen: Acción
indebida o reprensible
Víctima: Persona
que padece daño por culpa ajena
2. Persona que sufre daño o resulta
perjudicada por cualquier acción o suceso
Hecatombe:
Sacrificio de cien víctimas
Hecatombes:
Sacrificio de cientos de victimas (En el caso considerado de 443 familias
supone más de 1.500 personas afectadas)
Banalidad del mal:
Ignorar el daño o dolor inflingido a las victimas que han de sufrir las
consecuencias de la decisiones tomadas aduciendo una excusa con la que se
pretende eludir la responsabilidad por la decisión tomada
Coeficiente de fricción dinámica del acero: 0,57
Pendiente máxima de una via de ferrocarril urbano: 1,2%
Coeficiente de fricción dinámica del acero: 0,57
Pendiente máxima de una via de ferrocarril urbano: 1,2%
Fuentes:
Diccionario de la RAE
Diccionario de uso del español de María Moliner
HANNAH ARENDT. Eichmann en Jerusalén
Tremendo artículo Carlos! Cada uno que escribes es mejor que el anterior y eso que tu nivel habitual es altísimo. Mis felicitaciones.
ResponderEliminarTremendo artículo Carlos! Cada uno que escribes es mejor que el anterior y eso que tu nivel habitual es altísimo. Mis felicitaciones.
ResponderEliminarCarlos. Me encanta tu artículo. Corro a difundirlo en twitter. Un abrazo. Angel
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