Reflexión a vuelapluma tras leer la prensa económica del día
(23 abril 2014)
El método científico ha venido imponiendo, año tras año y
siglo tras siglo, el éxito de la razón sobre la opinión. Parménides advertía de
la diferencia entre el camino de la verdad y el camino de la opinión,
destacando los beneficios de buscar el primero frente a los riesgos de
aventurarse por el segundo. Cuanto mayor es la contribución de la ciencia a una
disciplina, menor es el margen dejado a la opinión. A nadie se le ocurriría
decidir el perfil de las vigas y pilares de un rascacielos por la opinión de
los peatones que transitan junto al solar sobre el que se va a construir. La
solución se busca utilizando el cálculo de estructuras y los conocimientos empíricos
sobre resistencia de materiales. Sin embargo, en política económica, a pesar de
los avances de la teoría económica y la acumulación de series históricas de
datos que se tienen acumuladas entre las que se pueden establecer y se
establecen múltiples correlaciones, hay quien sigue defendiendo e imponiendo su
opinión frente a la incuestionable evidencia de la teoría y los datos.
Cuando se recurre a la racionalidad en los análisis económicos
se desdibuja el peso de las opiniones políticas. Por eso no nos debe sorprender
que las medidas que el socialista Valls defiende en Francia coincidan con las que el mercantilista Rajoy impulsa en España. Es evidente que frente al derroche y
el endeudamiento, lo razonable, es recortar gastos, sean las que sean la latitud y
longitud en que las se produzca el problema y el color político de los gobernantes locales.
No me cabe en la cabeza cómo puede ser que presidentes de gobierno, como
los señores Maduro o Castro, no tengan asesores con la suficiente formación
y argumentos para que los convenzan de que el control de precios lleva, irremisiblemente, al
desabastecimiento y que el persistente desequilibrio de la balanza de pagos lleva,
implacablemente, al agotamiento de las arcas del estado.
Esperemos que cuanto más científica se vaya haciendo la economía,
menos se elijan los pilares de la política económica de un país por la opinión
forjada en función de trasnochados conceptos partidistas y se recurra más a cuantificar
los problemas y despejar la x de probadas ecuaciones.
Evidentemente, dado el importe total del gasto público, las partidas de ese gasto podran tener un caracter más o menos social, más o menos cortoplacista, más o menos austero; pero lo importante de una política económica, al margen de idiologías, es que sea buena, es decir: que cree prosperidad y empleo para el conjunto de la sociedad.
Evidentemente, dado el importe total del gasto público, las partidas de ese gasto podran tener un caracter más o menos social, más o menos cortoplacista, más o menos austero; pero lo importante de una política económica, al margen de idiologías, es que sea buena, es decir: que cree prosperidad y empleo para el conjunto de la sociedad.
Estoy totalmente de acuerdo contigo Carlos, para cuadrar gastos e ingresos, si no se pueden incrementar estos es necesario reducir los primeros, incluso es posible que algunos políticos lo sepan, aunque tampoco me extrañaría que lo ignorasen o que fuesen incapaces de entenderlo, dudo del nivel intelectual gran parte de ellos, y todavía más de que sean conscientes de que a pesar que cuando gobiernan están puestos por sus votantes pero son responsables ante cuarenta y siete millones de españoles.
ResponderEliminarEvidentemente es necesario preservar al máximo el gasto social, incluso el Estado, como nos explicaba el profesor Castañeda, debe favorecer la inversión en épocas de crisis, pero todo ello acentúa la necesidad de reducir el gasto y ninguno de los Gobiernos de la democracia lo ha intentado con rigor.
Obviamente existen expertos que podrían reconducir la situación, a fin de crear prosperidad y empleo para el conjunto de la sociedad, pero ellos, los Gobernantes, los políticos y el descomunal entramado que, para su exclusivo uso, disfrute y beneficio han tejido con cargo a nuestro bolsillo, no quieren ni oír hablar del tema por motivos obvios, jamás tendremos un político que como Churchill, nos prometa “…sangre, sudor y lagrimas” para reformar adecuadamente el país ¡y hacerlo¡ nunca han dado la talla, ni la darán.
Cuando pienso en imposibles, muy frecuentemente, cada vez más, imagino que el actual mundo globalizado, basado en la comunicación, podría convertirse en un mundo ¡sin políticos¡, en una democracia en tiempo real, las que consultas a la sociedad se realizarían en tiempo real y se responderían también en tiempo real, ¿de qué viviría toda esa pléyade?
1. La ciencia es una propuesta atractiva para acercarse a la verdad; con modestia y con pocas equivocaciones. Me refiero a las ciencias que son reguladas por fórmulas matemáticas y basada en hipótesis coherentes, no "emocionales", aunque luego sean aplicadas a unos humanos que somos eminentemente emocionales.
ResponderEliminar2. En lo económico, digo yo, desde tiempos inmemoriales, hemos caminado dando tumbos y jamás ningún planteamiento político o religiosos, ha erradicado del ,planeta el desequilibrio económico aberrante, la pobreza y el hambre.
3. Posiblemente ello sea debido a que partimos de hipótesis poco estudiadas o científicas, no controladas, sujetas tal vez a argumentos perversos o equivocados, tanto de inicio seguimiento.
4. Seguimos aferrados a un patrón consumista aparentemente agotado, cansino. La sociedad y el individuo son emocionales, aunque necesiten unas vigas inflexibles donde apoyarse con estabilidad. Y la sociedad cada vez es más materialista, entendiendo como tal el consumismo salvaje implantado. Diría que existe una “entropía consumista” que aniquilará cualquier sistema económico y por ende los valores sociales e individuales.
5. Considero que la política económica, independientemente que esté basada en "opiniones", no es más que una consecuencia de un montaje social deplorable, antinatural en demasía. Donde parece que los sábados son como oasis en desierto.
6. Por ello habría que buscar un reglamento más científico, donde se consideraran las variables emocionales del ser humano para planificar una sociedad decente, motivada, con una proyección distinta que hemos o nos han diseñado.
7. La economía científica fracasará sino se planifica una sociedad instruida y educada, basada en un humanismo cientifico, con una ética universal desmenuzando el concepto de "ciencia animada"-
8. Las integrales han de ser compatibles con la generosidad, cordialidad y respeto, con cabida para lo metafísico.
9. Habría que modificar el sentido de la vida, para que regulaciones económicas consistentes, tuvieran futuro.
10. No se puede implantar algo tan veraz como sería una conciencia económica regulada, en una sociedad donde la ética y la mentira han entablado secularmente una batalla. que arruina hasta las fórmulas matemáticas.
El caso es que si se restringen los ingresos se adelgaza. El caso es que si se restringen los gastos se engorda. Así a vuelapluma como dice Carlos todo concuerda. Y ¿qué pasa si se restringen los ingresos de un tipo, por ejemplo las Proteinas y se aumentan los de otros por ejemplo La Cerveza, pero de manera que el saldo sea negativo? Pues tripa gorda y piernas y brazos flojos. Gases en el vientre y calambres en los miembros.
ResponderEliminarLos políticos solo son malos en tanto que detentan el poder que permite justificar y promover las injusticias. En esto la Ley natural, que tanto nos gusta citar, es tremendamente confusa. Desde el Cuco que pone sus huevos en nido ajeno, el nuevo Leon dominante que mata a los hijos cachorros del anterior jefe, o las tortugas que desovan el mismo día para maximizar estadísticamente la supervivencia de la especie, los mensajes sobre la "supervivencia" no son homogéneos.
Pero el hombre piensa. De una manera muy egoista pero piensa. Y así define la realidad del mundo entre los dos polos de pureza inexistente, el social y el individualista. Clases privilegiadas ( Sacerdocio, Aristocracia, Ejército, Empresarios, Financieros, etc) que detentan el poder, o "ama al prójimo como a ti mismo" sin definir quien es el prójimo.
Pero el poder está ahí, independientemente del modelo elegido. Y el poder es el ejercicio de la fuerza y la fuerza deviene del cumplimiento de las Leyes. Por eso es tan interesante la división de los tres poderes, Legislativo, Judicial y Ejecutivo.
El mal gobierno viene de cuando esos tres poderes los detecta el mismo grupo: Los Faraones, Los Sacerdotes, Los Militares,los Políticos, los Financieros etc. como viene pasando desde el principio de la Historia. Y los que tienen el poder siempre legitimarán el uso de la fuerza. (La G. de Dios o el poder de las urnas) aunque estén basados en las mentiras mas torpes.
Pero ni siquiera una democracia directa de tipo telemático resolvería este problema, sólo cambiaría el método para hacerse con el poder, introduciendo nuevos trucos y trampas para convencer al público que ríe y llora,pero sobre todo produce y consume de que ellos son los indicados.