Durante las Negociaciones de Paz
de la Antigua Yugoslavia, en las que participé como consultor de la Unión
Europea, nuestro grupo (Documentación y Archivos) fue el primero que llegó a un
acuerdo y firmamos un documento de consenso que, semanas más tarde, pasó a ser
una parte integrante del Tratado de Paz. Esa mañana, tras pulir la redacción
del acuerdo alcanzado, logrando eliminar los últimos matices de aquellos
términos que todavía levantaban alguna suspicacia por parte de los firmantes,
el presidente del grupo entregó al secretario las últimas correcciones para que las pasase a limpio. Hechas las correcciones,
firmamos todos los presentes, unos como representantes de los nuevos estados y otros lo hicimos como
testigos, y, con una sensación de triunfo y euforia, levantamos la sesión. Llegamos los
primeros al comedor que se había habilitado para los negociadores en el Château
de Val-Duchesse de Bruselas, donde
se celebraba la Conferencia de Paz. Por primera vez desde el inicio de las
negociaciones, todos los miembros de nuestro grupo nos sentamos juntos a una
misma mesa. Lo normal es que en las comidas se reunieran por
nacionalidades, los serbios con los serbios, los macedonios con los macedonios,
los croatas con los croatas…mientras los funcionarios de la Unión Europea, que
ostentaban las presidencias de los diferentes grupos de negociación y las
secretarías, se reunían entre ellos, al tiempo que, los consultores externos, unos
días nos íbamos con otros consultores y otras nos pegábamos al presidente de
nuestro grupo, en función de las necesidades de información de cada momento.
Pero ese día, histórico, o al
menos eso me parecía a mí, todo el grupo de Documentación y Archivos, nos
sentamos juntos a compartir el pan sobre una misma mesa. Recuerdo que yo estaba
en una esquina de la mesa. A mi derecha, se sentó el representante croata y a
mi izquierda, doblando la esquina, el representante serbio. El ambiente era
eufórico y distendido y la conversación, desnuda de formalismos, ocultas
intenciones y tensiones, resultaba personal y relajada. Tras tantos meses
juntos, era como si nunca nos hubiésemos hablado y estuviésemos deseosos por
conocernos y saber los unos de los otros. En un momento dado, el representante
serbio se lamentó de que “lo que más sentía de la guerra, era que, su abuela,
que era croata, había dejado de hablarlo”. A lo que, el croata, que participaba
de nuestra conversación, respondió: “Yo el problema lo tengo con mi mujer, que
es serbia”.
Creo que la escena lo dice todo y
sintetiza el sentido del título. No hace falta que haya sangre para que una
amputación social genere dolor y trauma.
Atónito querido Carlos.
ResponderEliminarMientras los representantes "democráticos" parten y reparten hasta conseguir un acuerdo que les permita desayunar relajadamente y en armonía, el pueblo llano se reduce a las madres y a las esposas de los negociadores.
Los soldados que mueren en las guerras, los trabajadores que deben levantar el país mientras los políticos se consideran "Flor y Nata de la Patria " y por ello merecedores de "Corruptio in legge" solo son agentes pasivos.
Me viene a la cabeza y no se si era esa tu intención el despropósito total y cruel que están haciendo los políticos nacionalistas catalanes. Los Nacionalismos se inventaron para oponerse al imperialismo y al colonialismo explotador de las metrópolis hace ya un par de siglos. A pesar de su victimismo tradicional no es ni de lejos el caso de Cataluña.
Pero es que tras unos años de adoctrinamiento cultural, de inmersión lingüística orientada y de coqueteos con los gobiernos financieros globalizadores, los políticos que han sumergido al pueblo catalán en la misma crisis que afecta a toda Europa, quieren crear en función de una entelequia una mayor y de imprevisibles consecuencias para el pueblo catalán. Defiendo la cultura catalana, pero creo que nunca ha estado tan protegida como ahora en el "Estado de las Autonomías".
Y los pastores lanzan a los perros para que acorralen a los borregos, aunque los ganaderos no lo tengan nada claro.
Pero nada de eso importa, la madre de aquel político que guisa una "Zarzuela" magistral, o la esposa de este otro que hace un magnífico "rom cremat" mientras tararea "el meu avi", inspirarán y darán sentido a lo que se decida.
Y es que las decisiones democráticas son mas ciertas que el Teorema de Pitágoras.
Pensaba en Yugoslavia, Sudán, Checoslovaquia, Crimea, las actuales intrigas sobre Cataluña y Escocia y lo que quede por venir.
ResponderEliminarEl mundo es cada vez más interdependiente. Desunir es ir contra los tiempos.
En estos momentos, creo que lo que mejor nos vendría a los europeos sería un tratado institucionalizado entre la Unión Europea y Rusia. Sigo apostando por una Confederación del Mar Negro que integre a la UE, Rusia y Turquia.
Me da verdadera pena entrar en este foro que Carlos ha abierto muy sabiamente haciendo referencia a Yugoslavia y pensar, en seguida cuanto de ello se aplica a Cataluña.
ResponderEliminarHay dos realidades que hay que tener presentes en todo esta situación catalana:
1.- Una certeza universal: si en dos partes en litigio una de ellas sigue la lógica, la moral, etc., mientras la otra se las salta a la torera, la que está más libre de restricciones es la que desgraciadamente se lleva el gato al agua. "El malo sin leyes le puede al bueno con sus leyes restrictivas"
Respecto la lógica en un momento en que todos luchamos por crear una Europa unida que funcione, hablar de separar va en contra totalmente.
Respecto a la moral, salvo que haya cambiado su sentido en los últimos años y no me haya enterado, mentir es inmoral y desde la Generalitat se miente por activo y por pasivo: vamos a seguir en la UE, seremos más ricos, "Madrid" no nos robará como hasta ahora, etc. Llegamos a la estupidez de tener que tragar que el portavoz nos diga que si el Constitucional nos dice que no, es que hay un posible sí.
2.- Todo se está planteando como una lucha entre el sentimiento y la razón. El sentimiento de que lo próximo es siempre mejor que lo lejano, de que "como en casa" nadie nos puede entender mejor. Contra la razón que nos dice que si la unión hace la fuerza, la falta de ella nadie sabe dónde nos llevará.
La primera manifestación fue en contra de la situación económica, la segunda gran manifestación, la famosa cadena catalana, fue una fiesta callejera, la próxima no es más que el resultado de un sentimiento victimista que están sabiendo provocar muy bien.
Alguno me habrá oído decir que el Creador en su infinita sabiduría, por cada hipotenusa puso siempre dos catetos, geometría elemental? o realidad que hay que soportar?
"Llegaron los sarracenos y nos molieron a palos pues Dios ayuda a los malos cuando son mas que los buenos"
ResponderEliminar"La hipotenusa vive siempre entre los catetos y un ángulo recto, pero el lado mas largo de un triangulo es el que se enfrenta al ángulo obtuso"
"Unos dicen que la mentira es un hecho revolucionario y otros que es un derecho político, en todos casos aunque uno mira donde quiere siempre se encuentra con la mentira"
" La memoria del pueblo español es frágil, frágil, frágil. Es como la de los camareros que se vacía al servir la comanda."
Con todos los respetos creo que no ganan siempre los mas viles sino los mas fuertes y apoyados, y en esto los políticos catalanes están solos. Creo que pretenden tapar sus contradicciones y mala gestión jodiendo la marrana ( con perdón) a todo bicho viviente, incluidos por supuesto Catalanes y Araneses. Y esto si que lo pueden hacer. No ganarán pero crearán una nueva fractura social por parte de los que creen ser "MES QUE UN POBLE".
Pero es que la Europa de la que hablamos ni está unida ni funciona, porque no es solidaria. La lógica te dice que tal como está planteada se agudizarán las diferencias entre unos y otros países.(pigs)
Separarse de algo que te está perjudicando realmente es un derecho al que no se debe volver la espalda. Pero este no es el caso de Cataluña, que quiere seguir integrada en Europa separándose de quien ya lo está.
La empresa Mas y asociados intentará dar el triple salto mortal porque sabe que a pesar de todo la red está debajo y es que a pesar de todo la Marca Hispánica sabe que la Marca España mo dejará que se estrelle.
De circo.