Durante los meses que estuve dando clases en Perú, me
interesé por el idioma quechua. Con
las notas de campo que estuve recogiendo, elaboré un pequeño manual para mi uso
personal que, a mi regreso a Madrid, quedó perdido durante años en algún
estante de mi librería, del que ha sido rescatado estos días con ocasión de mi
reciente mudanza. Al releer esas páginas, vuelvo a sorprenderme con algunos
datos que considero pueden serle de interés al tipo de lector, culto y curioso,
que normalmente accede a este blog.
Mi primera sorpresa, vino dada por la dispersión geográfica
de las lenguas aglutinantes. Si la comparamos con la agrupación de las leguas
de nuestro entorno, latinas, germanas o eslavas; las aglutinantes nos sorprenden
por su distanciamiento. Entre las principales lenguas aglutinantes vivas,
destacan, por el volumen de hablantes: el esquimal, el turco, el coreano y el
quechua. Es como si su lugar de origen común fuese tan inhóspito, que sus
habitantes hubiesen hecho todo lo posible por alejarse de sus raíces hasta los
confines más remotos que pudieron alcanzar.
El siguiente dato es que, frente a mi ignorancia de entonces
sobre la situación de las lenguas vivas sudamericanas, descubrí que, junto al
castellano y al portugués, seguían utilizándose ampliamente algunas lenguas
precolombinas; siendo el quechua utilizado cotidianamente por un mínimo de ocho
millones y medio de hablantes y que, a falta de un censo fiable, hay
estimaciones que afirman que pueden llegar a ser once millones las personas que
hablan quechua.
También me resultó sorprendente la extensión del quechua.
Con diferentes variantes dialectales, se habla el quechua a lo largo de toda la
cordillera andina, incluyendo zonas de Argentina
(Santiago del Estero, Figueroa, Moreno, Tenuelche…), Chile (Mapudungun, Norte de Chile…), Perú (Huacrachuco, Chapín, Pasco, Huanuco, Pomabamba, Cotahuasi…), Ecuador (Rios Aguarico y Putomayo, Cayambe…),
Bolivia (Región de Apolo, La Paz…), Colombia (Lago del Napo, Rios Aguarico
y Potomayo, Valle de Sibundoy…) y un pequeño grupo en Venezuela (Yukpa).
El quechua fue la lengua oficial del Imperio Inca o Tawantinsuyu. Frente a las lenguas flexivas a las que estamos
acostumbrados, que se conjugan y/o declinan, el quechua es una lengua aglutinante con un gran número de
sufijos e infijos que se añaden a las raíces verbales y nominales para matizar
su significado con gran precisión y que se van acumulando. Por ejemplo, el
interrogativo no es tonal, sino que viene marcado con el enclítico –chu o los sufijos –tah y –ri, permitiendo
distinguir si la pregunta hace referencia al sujeto, al complemento o al verbo;
así, la pregunta ¿Quieres cebiche? Puede traducirse por:
Qanchu siwichita munanki ¿Eres tú
el que quiere cebiche? (Interés por el sujeto)
Qan siwichitachu
munanki ¿Es ceviche lo que quieres? (Interés por el complemento)
Qan siwichita munankichu
¿Quieres ceviche? (Interés por la acción)
El quechua no es una lengua tonal, pero tiene morfemas
tónicos y átonos, así, -chá (con
acento) significa “duda”. Por ejemplo: Kaypi
es “aquí”, por lo que Kaypichá significa: “Puede que sea aquí”.
Pero –cha (sin
acento) es diminutivo. Por ejemplo: Wasi
es “casa”, por lo que Wasicha es “casita”.
Las raíces, tanto verbales como nominales, también pueden
agruparse varias en una misma palabra, por lo que la morfología permite aglutinar
palabras con un largo número de fonemas significativos que integran múltiples
raíces, infijos y sufijos.
Por ejemplo Wakchawawanchikkunallatapas
significa “Por lo menos (además y sólo),
a nuestros niños huérfanos”.
Wakcha=huérfano
Wawan=de padre o
madre
chik=nuestro
nuestros
kuna=plural
ta=complemento
directo, a
lla=solo
por lo menos
pas=además
La estructura sintáctica del quechua es la de OSV (objeto, sujeto, verbo) si bien en
las zonas bilingües, predomina la estructura SOV por influencia del castellano. Como excepción, cuando el sujeto
es un pronombre, aparece al final como sufijo del verbo.
Hay numerosos préstamos del español al quechua actual, como:
dansay, bailar; jodey, molestar; kasaray,
casarse; llabey, echar la llave, okupay, utilizar; marchay, caminar…
Y palabras quechuas que enriquecen el castellano, como: condor, coca, guano, gaucho, inca, llama,
quinina, puma, pampa…
Por último, el saludo quechua consiste en recitarle los
mandamientos al saludado,
Hola,
buenos dias, que tál…o equivalentes, se dice:
Ama sua, ama llulla, ama qella
“No robes, no mientas, no seas perezoso”.
Para más información sobre la lengua y cultura quechua, ver, entre otras muchas páginas web sobre el tema,
http//www.ullanta.com/Quechua
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ResponderEliminarMuy interesante
Aquí van algunas expresiones de las que me acuerdo de cuando estuve en Ecuador:
- Guácala: qué asco
- Achachai: qué frío
- Ccaya: hasta mañana
Mateo
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ResponderEliminarChévere. Interesante
Miguel
Tus artículos, querido Carlos, siempre son interesantes y sobre todo sugestivos. Me has hecho recordar la vez que estuve en Cuzco ( de turista) y en Sacsahuyaman un vejete con una pequeña guitarrita parecida a un timple nos canto a Pilar ( mi primera) y a mi una canción por unos pocos soles. Nos dijo luego cuando nos hicimos una foto con él que la canción era un viejo canto quechúa. No se nada mas de ese antiguo lenguaje del pueblo de los incas.
ResponderEliminarPero leyendo en tu artículo ese uso de los sufijos y los prefijos me ha venido a la mente la importancia que la entonación tiene en el devenir de la comunicación hablada. Quizas mas que la propia gramática.
A Gulliver cuando está en la academia de Laputa le hablan de un proyecto de lenguaje que no cansaría los pulmones. Consistía en llevar en un saco todos los objetos que iban a ser utilizados en la conversación. Ingenioso ¿No?
Jack Vance, un escritor de Ciencia Ficción escribió una novelita corta que se llama "La mariposa lunar". En ella cuenta que las personas de un planeta extraño para comunicarse no podían enseñar su cara y hablar llanamente sino que tenían que llevar una mascara que ocultara su rostro y denotara su estatus social. Ademas siempre se acompañaban de música y sonidos para reforzar su estado de ánimo en la conversación. Algo así como las mascaras de la antigua tragedia griega pero mas refinado.
Al disponer el ser humano de cinco sentidos, la comunicación no llega simplemente por la lógica estructuración de un lenguaje estrictamente verbal.Hay codificaciones unas veces innatas y otras culturales que refuerzan los mensajes.
Asi pues el viejo y polvoriento castellano, con sus vocales tan puras no aporta la musicalidad del Francés ni el sentido del humor de italiano. Los acentos son un enriquecimiento del lenguaje que dice una bibliotecaria malagueña amiga mía. Catalán, gallego y andaluz hacen mas humano nuestro directo español.
Gracias por hacerme pensar en cosas peregrinas.