Vidas Paralelas
Relato breve
Ulani era soltero y vivía solo en su acojedor y luminoso bungalow, abierto al horizonte y bañado por el sol, en el pueblo de Pahua, junto a la
costa oeste del atolón de Mataiva, una de las múltiples islas que integran el
grupo de las Islas Tuamotu de la Polinesia Francesa. Entre otras ventajas, Mataiva
tiene aeropuerto, abundante pesca, un buen clima entre 23 y 30 grados, playas
de ensueño y fina arena bordeadas de palmeras y una espectacular laguna interior. El
bungalow de Ulani está junto al corto brazo de mar que une el océano con la laguna
central. Esa mañana, terminado el desayuno, se fue, como tantas veces, al
cercano puntal del este, a contemplar el amanecer sobre las aguas de la laguna.
Se diría que tenía urgencia de que comenzase el día y va a su encuentro. El vivo
sol tropical se alzaba perezoso a la vez que su reflejo se hundía en las azules
aguas tiñiéndolas de rojo. Ulani llenó sus pulmones con la brisa que le
acariciaba las mejillas, mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción. Cerró
un instante los ojos ante la luz cegadora mientras se deleitaba con la suave calina del amanecer tropical sobre su rostro y se sintió feliz. La vida le había
tratado bien, estaba a punto de cumplir cincuenta años y se había pasado toda su
vida haciendo lo que más le gustaba, lo que siempre había querido hacer: pescar
en el océano. Tenia un pequeño cobertizo al borde de la playa oriental en el que
servia de comer al medio día los frutos que el océano le había proporcionado la
tarde-noche anterior. Solía comer acompañádo de algún cliente rezagado, todos ellos amigos y vecinos y, tras las comidas, después de recoger las mesas y fregar
los platos, cerraba el restaurante, se tumbaba en la hamaca que tenia tendida a
la sombra entre dos cocoteros y tras sestear en ella lo que el cuerpo le
pidiese, solía compartir el resto de la tarde con los amigos que se acercaban a
visitarlo y con quienes charlaba amenamente, en torno a unos Mar Tai bien fríos, hasta la hora de la
pesca. Todos los atardeceres se embarcaba en su cayuco de madera de ceiba,
armado de su aparejo, para salir a pescar. Con frecuencia capturaba alguna tortuga
y la sopa de tortuga nunca faltaba en el menú.
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La vida de Geremy era agitada. Estaba soltero y vivía solo en un lujoso pero sombrío apartamento del bajo Manhattan, aculto al sol y al mundo tras la mole de un gigantesco rascacielos. Toda su
preocupación y todos sus desvelos los dedicaba al trabajo. Un trabajo frenético
y estresante. Era broker en Wall Street. Esa mañana era especialmente tensa,
China había revaluado el yuan y los teléfonos nos dejaban de sonar. Las órdenes
de ventas se acumulaban mientras las coloreadas pantallas de plasma parpadeaban
con cotizaciones en números rojos que se iban sucediendo, precipitando a la baja los precios, y
gráficos que iniciaban una pendiente descendiente que se agudizaba por
momentos. Era un día especialmente malo que predecía toda una larga serie de
jornadas deprimentes. El pánico llenaba la sala y se reflejaba en la crispación de los rostros. Pero no era ese día el primero de su clase. No muchas
semanas antes, la crisis de Grecia que la política económica del nuevo gobierno
de Syriza había desencadenado generó otra tanda de jornadas parecidas; mientras
el Ministro de Finanzas griego,
Yanis Varufakis, echaba un pulso sin esperanza a la Troica, los mercados
mundiales se resentían de la maniobra. La vida de Geremy era trepidante y la
adrenalina era una asidua compañera laboral. Por añadidura, ese fin de semana
tenía que ir al seminario sobre los nuevos ETFs y el próximo viernes empalmaría
con el siguiente lunes sin tregua ni reposo. El trabajo en Wall Street era acelerado e intenso, además, Nueva York nunca duerme. Salvo esporádicas comidas de negocios en algún restaurante cercano, tenía costumbre de comer en la oficina un par de sanwishes y, al final de la jornada iba al Smith´s Bar, en la 44 con la 8th, a tomar un martini seco, las más de las veces solo. Pero Geremy lo aguantaba porque vivía
enfocado en sus dos grandes objetivos: ganar la mayor cantidad de dinero que
pudiese conseguir en el menor tiempo posible y jubilarse antes de los 50 años.
Cuando, finalmente, Geremy se jubiló,
liquidó todos sus activos, transfirió los fondos, hizo las maletas y partió
para la Polinesia Francesa. Él era canadiense, de Montreal, y le apetecía vivir
en un territorio donde se hablase francés, su lengua materna, pero prefería
retirarse a las cálidas playas tropicales en lugar de volver a los gélidos
inviernos del Québec, en los que los témpanos de hilo derriban los tendidos
eléctricos y los ciudadanos tienen que refugiarse en los acondicionados y
comerciales sótanos de las ciudades. Entre las múltiples islas que configuran
la Polinesia Francesa, eligió el atolón de Mataiva porque, entre otras cosas,
tenía aeropuerto, abundante pesca, un buen clima entre 23 y 30 grados, playas
de ensueño y fina arena bordeadas de palmeras y una espectacular laguna central. Se compraría
un bungalow, se compraría una barca, y todos los atardeceres se pensaba
embarcar en su pequeña barca, armado de su aparejo, para salir a pescar.
Geremy compró un bungalow que estaba junto al corto brazo de mar que une
el océano con la laguna central. Esa mañana, terminado el desayuno, se fue, por
primera vez, al cercano puntal del este, a contemplar el amanecer sobre las
aguas de la laguna. Se diría que tenía urgencia de que comienzase el día y va a
su encuentro. El vivo sol tropical se alzaba perezoso a la vez que su reflejo
se hundía en las azules aguas tiñiéndolas de rojo. Geremy llenó sus pulmones
con la brisa que le acariciaba las mejillas, mientras esbozaba una sonrisa de
satisfacción. Cerró un instante los ojos ante la luz cegadora mientras se deleitaba con la suave calina del amanecer tropical sobre su rostro y se sintió feliz.
La vida lo había tratado bien, estaba a punto de cumplir cincuenta años y, por
fin, podría hacer lo que más le gustaba, lo que siempre había querido hacer:
pescar en el océano.
Ulani significa feliz en polinesio. Es más utilizado por mujeres que por hombres, pero tambíén hay hombres que se llaman así. Por el contrario, todos conocemos las connotaciones del nombre Jeremías.
ResponderEliminar¿Cómo preparar el cocktail Mai Tai?
ResponderEliminar"Maita'i" es la palabra tahitiana para "el mejor"
Ingredientes cocktail Mai Tai
Hielo
60ml de Ron blanco
30ml de Ron negro
15ml de Curaçao
15ml de Amaretto
15ml de zumo de limón
2 cucharaditas de azúcar
Piña natural
Lima natural
1 guinda
Menta fresca
Preparación cocktail Mai Tai
Mezclar en la coctelera el hielo, el Ron, el Curaçao, el Amaretto, el zumo de limón y el azúcar. Agitar bien.
Colocar hielo en la copa y colar la mezcla.
Decorar con la piña, la lima, la guinda y la menta.
ResponderEliminarTodos los escenarios son reales
La búsqueda de exteriores, la realicé viajando por el mundo mediante Google Maps
Creo que resulte evidente que la idea es resaltar la importancia del entorno, la convivencia y el tipo de trabajo en la felicidad.
ResponderEliminarLos dos personajes son el mismo. La misma edad, la misma situación familiar, las mismas aficiones, ven lo mismo, sienten lo mismo, quieren lo mismo...y los dos necesitan una copa al final de la tarde, el uno para relajarse y el otro para entonarse, pero sus circunstncias los separan y diferencian.
Bueno, creo que el título no es adecuado. No son vidas paralelas, son vidas convergentes. Empiezan separadas y terminan unidas.
ResponderEliminarY hay una antisimetría latiendo en el relato. Uno nace con la posibilidad de hacer desde niño lo que le gusta, y el otro tiene que trabajar duro para conseguir lo que le gusta que es lo que al otro se le da sin pedirlo. Se palpa la injusticia.
Tal vez haya también una trampa, y es pensar en vidas antiparalelas. Por ejemplo Ulani y Geremy hablan tomando un Mai Tai y Ulani descubre que lo que a él le hubiera gustado es ser un bróker porque le va ese tipo de adrenalina y subidones de azúcar. Así que traspasa el chamizo a Geremí y se va a Wall Street.
Pon tu el final.
Creo que en esta sociedad a la mayoría no nos pagan por hacer lo que mas nos gusta, ni siquiera por lo que mejor hacemos sino por lo que necesita el empleador. Luego muchos sublimamos la molestia, aprendemos y mejoramos nuestra calidad de vida.
¿Nos vuelve felices esa especie de Síndrome de Estocolmo?
Pero algunos no lo consiguen nunca y se pasan el día mirando el reloj para ver el tiempo que falta. Lo compensan pensando que compran su ocio ( parte feliz) con el dinero que les da su trabajo (Parte desdichada). Si vida tiene una bipolaridad alienante.
Posiblemente, pero me cuesta creerlo, haya personas que se realizan como "cajeras de Súper" (os ruego que no obviéis el sesgo machista, está puesto a propósito), pasando mercancías por un escáner y activando tarjetas de crédito. Cuando era niño me preguntaron una vez cual era el trabajo mas duro que se me ocurría y respondí que conductor de Metro.
Pero estoy seguro que muchos de los parados de larga duración consideran una suerte encontrar cualquier tipo de trabajo y se sentirían felices por ser uno de ellos.
Y sobre todo volvemos siempre a lo mismo: hablar de "La Felicidad" como estado de plenitud continuada derivada de estar satisfecho en correspondencia biunívoca con todos y cada uno de los hechos que suceden en cada instante de tu vida, o del sentimiento personal e intransferible de aislar algunos de esos momentos satisfactorios de la vida como completos. Como la completitud esta muy próxima a la perfección y la perfección no tiene partes, esos momentos no tienen mas remedio que ser fugaces.
Y para terminar de momento, querido Carlos, quiero hacer constar que creo que hablar de la Felicidad como una realidad generalizable es una falacia frívola. Soy consciente de que yo estoy siendo muy frívolo. ¿Tú no?
Cuando vivía en Madrid, iba con una relativa frecuencia a unos bares que se llamaban "Hawayanos". Tenían unas cartas muy regocijantes. Yo solía pedir un Mai Tai, me fascinaba lo que ponía; aun lo recuerdo: " Los salvajes piratas del Caribe al volver de sus correrías refrescaban su gañote con esta recia bebida" La servían en una especie de florero, con su sombrilla y su pajita floreada.
Abrazos.
Amigo Carlos : te adjunto un pequeño cuento mío que va,mas o menos, de lo mismo
ResponderEliminarEL TURISTA
La tarde agonizaba. Finales del verano.
La marea estaba subiendo, la mar chocaba contra las rocas de forma rítmica y distinta cada vez,
El Jardinero contemplaba desde lo alto de unas rocas, este cuadro vivo e irrepetible.
Las gaviotas, los petreles, las golondrinas de mar cruzaban el aire cálido del atardecer
Las primeras luces del pequeño pueblo de pesadores se encendían
Algunos barcos se hacían a la mar con sus tripulaciones de aguerridos pescadores
Un velero entraba por la bocana del puerto camino de su amarre
A donde estaba el Jardinero se acercó un grupo de turistas extranjeros ¿alemanes? ¿yankees?
-“Buenas tardes” le dijo uno de ellos “¿Qué estas haciendo?-
_ “Lo que más me gusta , contemplar la mar “ le respondió el jardinero
_”Podrías aprovechar este tiempo para hacer algo útil , como pescar , por ejemplo”_ le increpó el turista
_ “ ¿ Que conseguiría con ello? , dijo nuestro amigo
_ “ Podrías vender el pescado y ganar dinero”
_ ¿ Que podría hacer con el dinero?
_ “Comprar otra caña de pescar y pescar mas peces”. “Podrías vender esos peces y en pocas semanas, podrías comprarte una barca con la que salir a pescar, aguas adentro, donde hay más peces y peces más grandes que se venderían mejor. Te dejarían más dinero y en menos de un año tendrías tu propia empresa con empleados que trabajasen para ti”
_”¿Y que haría yo entonces?,” le preguntó el Jardinero al turista
_ “ Tendrías todo el tiempo para ti, para hacer lo que mas te guste”
El Jardinero esbozó una sonrisa y le dijo
“Mister... eso ya lo estoy haciendo”
Y más de lo mismo
ResponderEliminarDecía Jean-Paul Sartre que "Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace" Es muy importante que te sientas agusto con lo que haces, que disfrutes con tu profesión o actividad. Para mi el peor trabajo es el que es monótono...como la cajera del supermercado, de Renato, haciendo siempre lo mismo, en una actividad que no requiere esfuerzo mental, que no supone un desafío al que vencer
Y para Mahatma Gandhi "La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace, están en armonía" Esto es cuando estás en equilibrio , cuando estás en paz contigo mismo.
Y para terminar, lo que decía Albert Einstein "Si quieres vivir una vida feliz, átala a una meta, no a una persona o un objeto" Si dependes de una persona o cosa para sentirte feliz corres el riesgo de ser desgraciado se te faltan
La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace, están en armonía
Mahatma Gandhi
Recibido por email:
ResponderEliminarMe ha encantado. Es un relato entretenidísimo. Te animo a escribir otro capítulo.
Quizá Ulani y Geremy se conocerán algún día.
Me ha hecho reflexionar
Un abrazo!
Maria
ResponderEliminarPuede que a la felicidad contribuya tener objetivos claros.
Me contaba mi abuela que mi padre, su hijo, al preguntarle de pequeño que que quería ser de mayor, contestó: De los que manadan
Y me consta que lo consiguió.
Quiero pensar que fue razonablemente feliz.
Recibido por email:
ResponderEliminarQuerido Carlos:
Tu articulo sobre la felicidad,me ha parecido esplendido y muy
didactico.Te lo agradezco y tengo que reconocerte que otros articulos tuyos, me han
producido una sensacion de ser un inculto,ya que estaba muy lejos de poder entenderlos. Incluso llegué a pensar si no sería una de tus magias, como cuando hipnotizabas en la 1ª Escuadrilla.
Santiago
El que se quiera entretenerse un rato, que entre en Google Maps y busque:
ResponderEliminar-Mataiva, Tuamotus Islands
-Smith's Bar, 8th Avenue, Nueva York, EE.UU.
-Underground City Montreal
(Las galerias subterraneas se extienden bajo toda la ciudad)
Querido amigo Alberto:
ResponderEliminarPues imagínate la creatividad de un conductor de metro, siempre por railes, bajo tierra, aislado en la cabina. ¿Te parecerán todas las estaciones iguales? ¿ Hasta la de "Vodafone-Sol" ( que vergüenza pesetera) que está en curva?
El otro día recibí un panfleto malintencionado en el que se ponía verde al Mahatma acusándole de homosexual romántico y de tocamientos deshonestos con sus sobrinas nietas. Ya lo he dicho, lo primero que se hace cuando te da el Sol es sombra.
Tenía un amigo que defendía que la vida oscilaba entre la ilusión de llegar a una meta y la desilusión por haber llegado. El ser humano no puede ser feliz porque su ambición no le permite sentirse satisfecho. Siempre quiere mas.
Y si no eres ambicioso, ¿Cómo vas a ambicionar ser Feliz? Nada menos que ser Feliz. Ahí es nada.
El cuento ese del pescador que disfrutaba de la vida sin querer entrar en ese absurdo bucle económico de que la felicidad sin pagar dinero por ella no es felicidad, porque la felicidad la da el consumo, lo he leído hace mucho tiempo, pero no me acuerdo en que revista o publicación. Que pena no saber que era tuyo.
Querido Carlos, la felicidad no contribuye a tener objetivos claros, es al revés, tener los objetivos claros contribuye a elaborar estrategias que te permiten conseguir un máximo de momentos felices.
Me hace feliz charlar con vosotros.
Renato tiene la virtud de desplazarme a puntos de vista que ni pensaba que existiesen, lo que me permite contemplar perspectivas nuevas sobre temas que consideraba superados.
ResponderEliminarPor otro lado, me encantan las sujerencias de las diferentes formas de terminar el relato:
Que los protagonistas intercambien sus papeles y Ulani se vaya de broker a NY.
Que se conozcan. Es muy probalbe que en el ficticio mundo que hemos creado, Geremy vaya a comer al restaurante de Ulani más de una vez, no parece que haya muchos sitios donde elegir. Hasta puede que le ofrezca a Ulani que le compre alguna tortuga y unos cuantos peces e incluso le hable de los ETFs de Global X. Por cierto, han sacado una nueva serie de fondos sobre empresas científicas que tiene buena pinta, la Global X Scientific Beta, con fondos en Europa, USA, Japón y resto de Asia.
El reto seria sustituir la linea de puntos por una serie de capítulos en los que el uno pescando y el otro interviniendo inversiones, viviesen momentos en los que pasasen cosas interesantes y amenenas de leer.
Llevo años pretendiendo hacerlo y no se me ha ocurrido nada. En el fondo, ambas me resultan vidas muy monótonas, prefiero la del consultor viajero, seis meses aquí, tres allá; por eso dejo toda esa parte central de la novela en puntos, porque de no ser asi no escribo ni lo ya publicado en el Blog. Lo dejo a quien se anime a hacerlo.
Desde mi punto de vista son vidas paralelas. Lo que intento es identificar la contribución del entorno y el tipo de trabajo a la felicidad del individuo. Para ello, el experimento mental del relato, se sujeta al principio metodológico de aislar una sola variable, dejando fijas las demás, el coetibus paribus de los economistas. En esta caso, la variable es compleja, pues analiza el efecto conjunto del par entorno-tipo de trabajo, manteniendo el resto sin cambios; por lo que la variable principal, que es el sujeto, ha de ser el mismo.
ResponderEliminarEs, por tanto, el mismo personaje en dos escenarios desempeñando dos papeles diferentes, como si la misma persona viviese en dos universos paralelos. Al final no hay convergencia, sino coincidencia de escenario, si bien, cada personaje vive en su mundo, pues los dos son fruto de sus biografías. A partir de ahora, la misma forma de vida, para uno es rutina y para el otro novedad. El uno verá en la tele el canal Bloomberg, con noticias financieras, y el otro el canal local, con muchos bailes folclóricos. No hay convergencia.
Querido Carlos, estás haciendo, desde mi punto de vista claro, demasiadas trampas.
ResponderEliminara) No entiendo porque dices que es el mismo personaje. Es una afirmación gratuita que contradices al final, una vez aislada esa variable ( en eso consiste precisamente la abstracción que yo digo) las demás no sabemos si coinciden. Y una persona no es solo una variable. Como tu bien dices uno vera un canal y el otro otro. Si a pesar de eso mantienes que siguen siendo el mismo personaje tendrás que convenir en que todos somos el mismo personaje. No solo el fundamentalista de Isis y el terrorista de ETA, sino el médico sin fronteras y la periodista que patea a los emigrantes.
b) Yo conocí a un Bróker que lo tuvo que dejar por los incontrolables subidones de azúcar que le daba tanta tensión nerviosa y tanta exigencia. Ganaba dinero pero no era feliz. Geremi puede ser como aquel y en su trabajo busca dinero como medio de alcanzar la felicidad. Sin embargo Ulani, no ha pensado en acumular dinero para su realización personal. Por eso digo que hay una injusticia vital entre ellos.
Lograría Ulani meter la nariz en el mundo de las finanzas de N.Y. o terminaría de lava platos como mi hijo y añorando su tranquila vida polinesia.
c) Por otra parte y tu lo sabes tan bien como el que mas, las rectas en dos planos paralelos no tienen porque ser paralelas, se alabean y cruzan sin concurrir. Y aunque los planos se corten en una recta, las rectas tampoco tienen que ser paralelas. Las paraleas ni se acercan ni se separan ni llegan a coincidir, y ese no es el caso.Y las rectas convergentes coinciden en un punto, pero luego se vuelven a separar.
Has decidido ser el Dios de un limitado concepto de la Felicidad. Has creado dos personajes sin vida propia en universos distintos y has decidido que sus vidas son paralelas e incluso que son el mismo aislando una sola variable, y tu decides además que esa variable adjudicada por decreto es el sujeto completo sin circunstancias. No te sigo.
No creo que en las posibles conversaciones que en su caso tuvieran Jeremías y Bienaventurado ( como ves los he rebautizado a mi antojo) hablaran de su vida pasada en los mismos términos. Posiblemente uno escuchara con curiosidad y el otro con admiración. Posiblemente uno hablara con naturalidad y el otro con crispación. Posiblemente uno pensara en el mundo como algo continuo que va con fluidez "de soi même" y el otro como algo cuántico y atropellado.
Naturalmento si y solo si las redes sociales lo permiten. Aunque a lo mejor Bienaventurado no tiene Tablet. Ya sabes que el hombre feliz no tenía camisa.
Y es que desde mi punto de vista no es justo decidir como es una persona, o su vida, o su satisfacción, y mucho menos relacionarlo con la "Felicidad en su existencia" aislando no ya una sino varias variables.
Ese es el tremendo error del poder en la sociedad. Que abstrae falsamente.
Por ejemplo. ¿De verdad se ha creado empleo? ¿De verdad se trabaja en España en total ahora mas horas? ¿De verdad tres trabajadores a trece horas semanales, es mas empleo que uno a 42? ¿No es mas cierto que sin preocuparse del tamaño de la sopera, solo se han hecho los platos y las cucharas de algunos mas pequeñas?
¿Vidas paralelas? Paparruchas.
Sin ánimo de tener toda la razón sino solo algunas razones. Y por supuesto respetando las diferentes opiniones.
Abrazos.
Pero si lo que quieres decir es simplemente que el entorno influye en la vida, las actitudes, los saberes y los sentimientos de las personas es obvio. Tal vez no lo sea todo, pero influye, y mucho.
ResponderEliminarCreo que si tú hubieras nacido en un país musulmán, ahora serías un valorado Ulema. Y que si yo hubiese nacido en Francia, a lo mejor había sorprendido a un portugués de recios bigotes con mi elegante forma de hablar en galo.
Pero pensar eso es una idea peregrina, sabiendo como se forman cada una de las personas. Creo que era Jean Rostand el que decía que si nuestro padre hubiera dado cuerda a su reloj mientras copulaba con nuestra madre, probablemente no hubiéramos nacido nosotros, porque la carrera de los espermatezoides podría haber tenido otro ganador.
Quizás nosotros seamos un hermano gemelo de otro, porque la que se movió fue mamá.
Hablando de paralelas
ResponderEliminarTengo un amigo que vive en el infinito, en Serrano 240 de Madrid, en el cruce de dos paralelas, Serrano y Principe de Vergara
Pues no muy lejos de ese infinito, supongo, está donde celebráis los sabrosos ágapes del Maravillas.
ResponderEliminarY es que todos los caminos conducen a Roma, la ciudad eterna.
Y como decía aquel, para lelas, mis primas que siempre van de la mano.
Saluti.
Creo que por ahí estaban también "Los borrachos de Velazquez". Pero esos lo que hacen es eses. Y cerca creo recordar estaba la academia de mandos Jose Antonio. Alli fuimos a hacer Gimnasia una vez para los provinciales, y haciendo el salto del Tigre, con el Potro, el Plinto y el caballo, me desequilibré y casi me mato, pero caí firmes y cuadrado. Me aplaudieron por la chapuza.
ResponderEliminarO tempora, o mores.
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ResponderEliminarLa felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Maria Eugenia
Guatemala
Permitidme os cuente una anécdota familiar sobre esa zona, que fue expansión de Madrid, de la prolongación de Priíncipe de Vergara.
ResponderEliminarAl parecer, mi abuelo materno tenía un solar por allí, que le expropió el Gobierno para hacer la prolongación de Principe de Vergara. Toda la vida, desde muy niño, le estuve oyendo despotricar de ese "ladrocinio gubernamental". Le pagaron tres reales y luego le ofrecieron recomprarlo por 90 pesetas(es un decir, pues no me acuerdo de qué cifras de que hablaba), a lo que se negó.
Años más tarde, muchos años mas tarde, ya casado yo y muerto él, me enteré que el ingeniero de caminos del entonce Ministerio de Fomento y luego MOP que diseño la prolongación de Principe de Vergara y dirigió el proyecto, expropiaciones incluidas, fue el padre de mi mujer. Quien me explicó que la diferencia entre el precio pagado en la expropiacion y el de la oferta de recompra preferencial a los propietarios, era el exáctamente coste de la urbanización de la zona y que los antiguos propietarios que aceptaron recomprar se forraron.
Total, que el abuelo de mis hijos era el expropiador de mi abuelo.
Desde que tuve esa información acuñé dos frases que suelo utilizar en ocasiones:
"Cuida bien de tu enemigo que puede ser que sea el abuelo de tus nietos"
"No maldigas de quien crees tu enemigo, te puede estar haciendo el favor de tu vida"