La teoría LQT
Introducción
Descartes nos proporcionó una interpretación
geométrica del espacio y, desde Newton, estamos acostumbrados a
pensar desde la física que el espacio es un recinto dentro del cual se mueven
los cuerpos y la energía que constituyen el universo, integrando la mecánica
terrestre y la espacial en una misma teoría. El espacio descrito por Newton es
un recinto continuo y estático, de geometría cartesiana, isótropo, inalterable,
infinito y fundamentalmente vacío. Kant advirtió que el
espacio no era necesariamente objetivo y lo definió como una forma a
priori de la sensibilidad. Einstein llegó a la
conclusión de que el espacio constituía una unidad con el tiempo, con lo que el
espacio-tiempo pasó a integrar en nuestras mentes una única realidad de cuatro
dimensiones, además, en su teoría general de la relatividad, Einstein concluyó
que el espacio-tiempo se deformaba por influencia de la materia que contenía, y
esa deformación era la causante de las fuerzas de la gravedad. (Según Henri
Lefebvre, el espacio es un ámbito social y económico, pero eso es otra
parte de la historia en la que no entraremos, al menos de momento).
Se han realizado tres experimentos que indican
que el espacio vacío no es la nada, sino que tiene entidad y consistencia,
estando en constante actividad. Se trata de los llamados efectos Casimir,
Schwinger y Lamb. El efecto Casimir consiste
en colocar dos placas metálicas paralelas y muy cercanas en el vacío y crear un
campo eléctrico entre ellas, mediante una diferencia de potencial, cuando la
distancia entre las placas es un múltiplo de una determinada longitud de onda,
las placas se atraen entre ellas, lo que se atribuye a las fluctuaciones cuánticas
que se producen en el vacío situado entre las placas. El efecto
Schewinger se produce cuando las fluctuaciones quánticas del vacío
hacen que aparezcan partículas y sus correspondientes antipartículas que en
breve tiempo se reunen fusionándose y son reabsorbidas por el vacío, pero que
un campo eléctrico podría distanciar unas de otras impidiendo su reabsorción.
El efecto Lamb consiste en que las fluctuaciones quánticas del
vacío desplazan el espectro del hidrógeno por la energía que esas fluctuaciones
comunican al electrón del átomo. Otro efecto de la actividad cuántica del vacío
lo encontramos en la radiación de Unruh, similar a la radiación
de Gibbons-Hawking de los agujeros negros. Si el vacío tiene
fluctuaciones cuánticas, significa que, aunque no contenga partículas, tiene
una energía mínima y una estructura discreta sujeta a fluctuaciones quánticas
cuyos efectos se manifiestan en cada uno de los tres efectos descritos.
Como consecuencia, desde hace no muchos
años, los físicos barajan la hipótesis de que el espacio-tiempo es
discontinuo y han desarrollado una teoría, según la cual, los
pequeños nanorrecintos constituyentes del espacio-tiempo discontinuo se
encuentran entrelazados en una densa trama y los parámetros que definen su
geometría fluctúan como, según la mecánica quántica, lo hacen las variables
físicas que definen las propiedades de las partículas elementales, es decir, el
espacio-tiempo es cuántico como lo son la materia y la energía que lo pueblan.
A dicha teoría se la conoce con las siglas LQT, iniciales de Loop
Quantum Theory, o Teoría Quántica de Ciclo, junto con otra versión más
elaborada, aunque menos conocida, que es la CLQG Covariant Loop Quantum
Gravity o teoría Gravitatoria Quántica Covariante de Ciclo.
Según esas teorías, el espacio-tiempo
estaría constituido por una fina y densa red de pequeñísimos nódulos
espacio-temporales fluctuantes, dentro de los cuales estaría atrapado el
universo. El espacio-tiempo actúa como un medio de confinamiento de energía
constituido, a su vez, por una forma de energía.
Sabemos que, a gran escala, a distancias
interestelares e incluso humanas, la teoría general de la relatividad
desarrollada por Einstein, que identifica a la gravedad como
consecuencia de la deformación del espacio, funciona y se ratifica,
verificándose mediante numerosas predicciones que se han ido cumpliendo; pero a
pequeña escala no se cumple, la relatividad resulta ser una teoría incompleta.
La causa de que la gravedad, tal y como la describió Einstein, no funcione a
pequeñas escalas, se debe a que en esas distancias actúan otros campos de
fuerzas locales mucho más potentes que ocultan los efectos de la gravedad,
tales como las fuerzas atómicas e intro-nucleares. Las fuerzas
electromagnéticas también actúan, como la gravedad, a grandes distancias, pero
son muy débiles respecto a las fuerzas gravitatorias, y no crean interferencias
significativas con la gravedad que impidan observar los efectos de esta última
a grandes distancias.
A escala atómica, la gravedad se ve
afectada en gran medida por las fuerzas atómicas, que son fuerzas de corto
rango pero de gran intensidad local. Dado que en esa pequeña escala, la teoría
que explica, tanto el comportamiento de las fuerzas nucleares y
electomagnéticas, como el de las partículas elementales, es la teoría quántica,
es plausible que la gravedad tenga también un comportamiento cuántico y, dado
que, como señaló Einstein, la gravedad es producida por la deformación del
espacio-tiempo en presencia de masa-energía, se puede concluir que la estructura
del espacio-tiempo, a la escala de Planck, sea cuántica,
permitiendo una descripción cuántica de la gravedad.
Ante la imposibilidad de poder observar ni
experimentar la estructura del espacio-tiempo directamente (pensemos que la
distancia de Planck es de 10 a la menos 35 metros , mientras que
el LHC trabaja a escala de 10 a
la menos 15 metros ),
los físicos consideran que, derivadas de la estructura cuántica de un
espacio-tiempo discontinuo, se debieran de deducir características observables
a escala humana. Con esa intención, la doctora Renate Loll, de la
Universidad de Utrecht, ha realizado una simulación en el ordenador, en la que,
partiendo de elementos espacio-temporales a la escala de Planck,
los deja interactuar líbremente durante un periodo de tiempo, para
ver la evolución de ese proceso. Encontrando que, si el modelo permite la
creación de agujeros de gusano, el espacio-tiempo se estanca en una madeja de
“túneles” espacio-temporales incapaz de desarrollarse, y quedando confinada en
un pequeño volumen; pero, que si se impone la restricción de que no pueden
formarse agujeros de gusano espontáneamente, el universo discreto a nivel de
Planck, evoluciona desarrollando, exactamente, el espacio-tiempo que conocemos
y experimentamos. Lo que nos lleva a dos conclusiones: 1- No es posible la
generación espontánea de agujeros de gusano descritos por la ciencia ficción,
aunque pudiesen ser provocados localmente de manera artificial. 2- Es
concordante con la realidad experimental macroscópica que el espacio-tiempo
tenga una estructura discreta a la escala de Planck.
La teoría Gravitatoria Quántica Covariante
de Ciclo nos proporciona algunas sorpresas. Por ejemplo, si en vez de
considerar la métrica espacial utilizada por Einstein en su teoría de la
relatividad, se utilizan las tétradas de Hermann Weyl, lo que
permite pasar de una estructura continua a una estructura discreta, la dinámica
de los fermiones en ese espacio es sensible al signo,
apareciendo un antiespaciotiempo, lo cual confirmaría la tesis expuesta sobre
la inversión temporal que explicaría la ausencia de antimateria de nuestro
universo, ya que se vería confinada en un antiuniverso paralelo que se alejaria
del nuestro al viajar en el tiempo en dirección contraria, como se describe en
este mismo blog en el artículo sobre el Multiverso. Además, si calculamos la
acción de una deformación de la geometría del espacio-tiempo cuántico, en el
límite clásico nos aparecen las ecuaciones de Einstein sobre el campo
gravitatorio de la teoría General de la Relatividad y también se deducen las
componentes magnética y eléctrica del campo electromagnético que aparecen ser
proporcionales entre si, estando relacionadas por la constante de Barbero-Immirzi.
El límite clásico se alcanza cuando la escala considerada es muy, pero muy
superior a la escala de Planck, con lo que el efecto cuántico se
diluye y las fuerzas nucleares desaparecen.
El proceso de desarrollo de la teoría LQT
es una buena ilustración de cómo avanza la ciencia. Comenzó con la intuición de
que el espacio-tiempo podría ser discontinuo y que un espacio-tiempo
discontinuo podría representarse mediante una geometría adecuada que permitiese
ser descrita mediante conceptos matemáticos susceptibles de operar con ellos y
formular un comportamiento quántico que, en el límite clásico, hace que la
teoría entronque con la Teoría General de la Relatividad, lo que hace que se
disponga de una formulación cuántica de la gravedad. La representación espacial
de la formulación quántica de la relatividad general data de finales de la
década de los 80´s. Han sido numerosas las contribuciones a la teoría a lo
largo de la década de los 90´s, con cientos de artículos escritos por decenas
de científicos de diferentes nacionalidades, con contribuciones a la geometría,
a la teoría en los campos de la física y las matemáticas, con nombres
como Lewandoswski, Rovelli, Ashtekar, Ooguri, Barrett, Bianchi, Han,
Haagard, Kaminski,…sin olvidar las bases asentadas años antes por Dirac,
Einstein, Bohr, Rosenfeld o Bronstein, entre otros. Ha sido una labor
colectiva. Entre todos han ido resolviendo las dificultades que se planteaban
para la representación geométrica, la formulación matemática, el cálculo y la
interpretación física de los resultados. El libro que ha llegado a mis manos,
en el que se abordan e integran diferentes aspectos de la LQT presentados como
una teoría coherente y terminada, lleva por título: Covarian Loop
Quantum Gravity, de Carlo Rovelli y Francesca Vidotto,
publicado en este mismo año, 2015, no hace muchos meses.
Toería cuántica de ciclo
Resumiendo sin matemáticas la teoría, la
cuantificación del espacio se representa como una red de pequeñísimos
tetraedros que se agrupan en tono a un núcleo (kernel) que se acota
mediante un grupo de cinco puntos que constituye un pentagrama, representable
mediante diez segmentos que unen a cada uno de ellos con el resto de los puntos
del pentagrama. En cada punto se hallaría un nódulo espacio-temporal en forma
de tetraedro. Cada tetraedro constituye un quantum de espacio-tiempo.
El conjunto constituye un enrejado (lattice)
que matemáticamente se representa mediante un campo de conjuntos de cuatro
vectores perpendiculares a las caras de cada tetraedro y un escalar como medida
del volumen del tetraedro. El módulo de cada vector mediría la superficie de la
cara correspondiente que está relacionada con la distancia de Planck. Los
vectores que definen la orientación de cada plano y el área de cada superficie
satisfacen la relación de cierre, lo que significa que si se coloca un vector a
continuación de otro, la punta del último coincide con el origen del primero,
cerrando un bucle (loop). La teoría demuestra que otras figuras que no
cumplen la relación de cierre no son estables, confirmando que la forma de
tetraedro no es caprichosa sino descriptiva de la realidad. Tanto las áreas de
las caras como el volumen estarían cuantificados, pudiendo asumir solamente un
numero limitado de valores o estados quánticos con intervalos de ½ lo que los
asemeja a los valores del spin de las partículas materiales
o fermiones, las cuales se acoplan a los cuantum espaciales
perfectamente. Cada quantum de espacio o estado de un elemento
espacial queda matemáticamente definido por los cuatro vectores de área y el
volumen que constituyen los valores propios (eigenvalues) del estado
quántico del elemento o nódulo espacial. Dado que un tetraedro queda
perfectamente definido por sus seis aristas, definirlo por solo cinco
parámetros lo deja parcialmente difuso y fluctuante, permitiéndole adoptar
diferentes estados quánticos, pero los saltos quánticos de los cinco parámetros
no se producen de forma independiente, sino covariante, es decir, están
coordinados entre ellos. Al final, todo lo que existe en la naturaleza son
campos quánticos en superposición, es decir, información acumulada.
La geometría quántica del espacio-tiempo
puede ser representada por un grafo en el que cada nodo es un nódulo de
espacio-tiempo enlazados mediante una estructura local a otros nodos
adyacentes. Los lazos o loops a los que se refiere la Loop
Quantum Gravity son los lazos formados por secuencias cerradas en
dicho grafo. Dichos grafos no están en el espacio-tiempo, sino que forman el
espacio-tiempo. Las diferentes líneas formadas a lo largo del grafo pueden ser
vistas como líneas de fuerza de Faraday, lo que permite el desarrollo de una
versión moderna de las teorías de campo.
Para facilitar los cálculos matemáticos
necesarios, los enlaces del grafo no se representan por vectores sino por espinors. Un
espinor es un concepto matemático, es como un vector capaz de girar sobre su
eje, por lo que está orientado rotacionalmente. Se puede representar un espinor
mediante un vector con una bandera, de manera que la bandera señala la
dirección de la orientación del espinor. La fluctuación quántica de un espinor
no altera su longitud, su módulo, sino su posición de giro. Los giros quánticos
de un espinor se producen de ½ en ½. Los espinors son objetos
espacio-temporales.
La estructura espacio-temporal definida
por la geometría descrita por la LQT permite la integración quántica de fermiones,
es decir, la interacción de la materia con el espacio. Como consecuencia,
permite también una descripción quántica de la gravedad mediante las
deformaciones quánticas del espacio-tiempo producidas por la presencia de
materia en el espacio-tiempo.
La estructura es local. Dado que la
posición es la localización de algo que se da en el espacio y ahora estamos
tratando del espacio mismo, el concepto de posición no tiene sentido. La
ubicación de cada elemento espacial se limita a su relación con los elementos
espaciales circundantes, de manera que toda perturbación que le llega a un
elemento espacial solo puede provenir de un vecino. Si acotamos un volumen del
espacio por una superficie cerrada, todas las perturbaciones que afectan a los
elementos de su interior parten de esa superficie. Cada uno de nosotros estamos
encerrados en una esfera determinada por nuestro horizonte sensorial, toda la
información que recibimos del exterior parte de esa esfera. Si miramos al cielo
nocturno, todo el universo exterior se nos muestra reflejado en la esfera
celeste. Nada de lo que queda fuera del horizonte nos afecta. Si algo
percibimos exterior a la esfera en que nos encontramos encerrados es porque nos
ha llegado información del suceso externo al interior del horizonte de
percepción. El conocimiento que tenemos de los agujeros negros nos da a conocer
que toda la información sobre la materia contenida en el interior de un agujero
negro está en la superficie de su horizonte de sucesos. Como complemento de la
TQL existe la teoría que considera que el cosmos es la representación
holográfica de la información contenida sobre la superficie exterior del
espacio. Si el espacio-tiempo es discontinuo, el universo estaría pixelado,
fraccionado en unidades de información discreta. Estaríamos viviendo como
partes integrantes de un holograma.
La LQT está perfectamente desarrollada,
constituye un nuevo lenguaje para describir la naturaleza a partir de la
textura del espacio-tiempo, un lenguaje que nos permite hablar con precisión
desde la distancia de Planck a los confines del universo, pero queda pendiente
de hacer predicciones que se puedan observar en el laboratorio o en el cosmos.
Habrá que aumentar la energía de los LHC y la sensibilidad de los sensores de
ondas gravitacionales. Entre tanto, parece que la aplicación de la LQT a la
física de los agujeros negros y al análisis de los procesos físicos en el
origen del universo son prometedores. Una conclusión observable a escala humana
del hecho de que el espacio-tiempo sea discreto es que la discontinuidad del
espacio-tiempo permitiría a un móvil invertir el sentido de su trayectoria sin
detenerse.
Contar con un modelo quántico del
espacio-tiempo significa disponer de un modelo quántico del campo gravitatorio,
es decir, haber logrado integrar la relatividad general con la teoría quántica,
lo que constituye un gran avance de cara a las posibilidades de lograr,
finalmente, la integración de todos los campos de fuerza en una única teoría
unificada o Teoría del Todo.
Ver,
En este mismo blog: http://carlosdelama.blogspot.com.es/2013/12/la-textura-del-universo.html
Recibido por email
ResponderEliminarMe has dejado helado. ¡Vaya razonamiento! Lo he leído dos veces y ahora me pongo a tomar apuntes
Juan Ignacio
Recibido por email:
ResponderEliminarMe supera ampliamente. Pero me parece muy interesante.
Saludos.
Javier
por favor vea este link:
ResponderEliminarhttps://www.dropbox.com/s/6pva1sj2pyp50m7/Teoria%20de%20Cuerdas%20Relativistas%20y%20El%20Principio%20de%20Incertidumbre%20de%20Heisenberg.pdf?dl=0
Continúo trabajando en la estructura del espacio-tiempo discreto a escala h/(2πT);
h(constante de (Planck) y T (tensión de la cuerda), con una "nueva Matemática.
Mi correo es : fulcanellimarquezgarcia@gmail.com.
Un cordial saludo.
Mario Márquez García
Esto está desarrollado en un trabajo de 2007
ResponderEliminarincluso se calcula la temperatura del big bang y se calcula el cuanto de espacio y de tiempo.
Lo que se llama energía de vacío es en realidad energía no asociada al movimiento.
El concepto de fermión que ahí aparece no es correcto. La palabra fermión se aplica a partículas que siguen la estadística de Fermi Dirac
Existe un fenómeno reconocido que es la creaCIÓN de pare,no se puede relacionar con la energía de vacío.