El libro Economía
con karma ya está a la venta, puede pedirse en librerías o pedirlo a Amazón en http://amzn.to/2pZ91Oo . El objetivo del libro es animar y
ayudar al lector a reflexionar sobre temas económicos que le afectan. Pretende
ser de interés tanto para economistas como para quienes no lo son, pero quieren
conocer los fundamentos de la economía y entender en profundidad asuntos como
la crisis, las implicaciones del Brexit, los riesgos de la
era Trump o las amenazas y oportunidades de la UE. Si bien está escrito en tono coloquial, con
criterios pedagógicos (los cálculos matemáticos se han recluido en un anexo
reservado a los profesionales, especialmente a los profesores y alumnos de
economía), constituye un análisis riguroso de los temas que trata. Una
economía con karma, con énfasis y atención en lo que se hace y en cómo
redunda en los demás lo que hacemos, contribuiría a hacernos generosos, plenos
y gozosos. El hombre es homo
faber, se identifica por lo que hace, no por lo que consume.
La estructura mecánica que tradicionalmente se impone a la teoría económica surge del intento de lograr una teoría altamente predictiva. El énfasis en encontrar repeticiones, reiteraciones y ciclos mecánico contrasta con la estructura orgánica de la economía expuesta a la evolución, el crecimiento y el desarrollo no exenta de innovaciones y novedades. Mientras que en las ciencias naturales los fenómenos se originan por causas, los hechos de las ciencias humanas ocurren por fines, dado que son actos humanos realizados con una finalidad. Las relaciones causales permiten predecir y explicar los fenómenos, porque la relación causal es determinista, lo que nos permite conocer tanto a que distancia llegará un proyectil lanzado con un determinado cañón conociendo la dirección y el ángulo con el que se dispara como calcular el ángulo necesario para alcanzar una distancia determinada. En el caso de la economía, como en el de la historia o la política, resulta difícil hacer preediciones, ya que normalmente, las intenciones de los agentes económicos no son conocidos, pero como esas intenciones se hacen públicas en los actos que motivan, son ciencias observacionales que permiten establecer registros y realizar análisis retrospectivos, con la ventaja en el caso de la economía, de que al ser cuantitativa, se pueden recoger estadísticas y analizarlas en busca de pautas, correlaciones y tendencias, a sabiendas de que siendo datos históricos, pueden truncarse en cualquier momento y no mantenerse en el futuro.
La estructura mecánica que tradicionalmente se impone a la teoría económica surge del intento de lograr una teoría altamente predictiva. El énfasis en encontrar repeticiones, reiteraciones y ciclos mecánico contrasta con la estructura orgánica de la economía expuesta a la evolución, el crecimiento y el desarrollo no exenta de innovaciones y novedades. Mientras que en las ciencias naturales los fenómenos se originan por causas, los hechos de las ciencias humanas ocurren por fines, dado que son actos humanos realizados con una finalidad. Las relaciones causales permiten predecir y explicar los fenómenos, porque la relación causal es determinista, lo que nos permite conocer tanto a que distancia llegará un proyectil lanzado con un determinado cañón conociendo la dirección y el ángulo con el que se dispara como calcular el ángulo necesario para alcanzar una distancia determinada. En el caso de la economía, como en el de la historia o la política, resulta difícil hacer preediciones, ya que normalmente, las intenciones de los agentes económicos no son conocidos, pero como esas intenciones se hacen públicas en los actos que motivan, son ciencias observacionales que permiten establecer registros y realizar análisis retrospectivos, con la ventaja en el caso de la economía, de que al ser cuantitativa, se pueden recoger estadísticas y analizarlas en busca de pautas, correlaciones y tendencias, a sabiendas de que siendo datos históricos, pueden truncarse en cualquier momento y no mantenerse en el futuro.
El libro es una reflexión metódica sobre el
conjunto de la economía. Parte del concepto de propiedad, sobre el que se
reflexiona en profundidad en busca de su origen, motivación y justificación,
analizando cómo se obtiene la propiedad, cómo se justifica y cómo se cede mediante el don, la
donación. Toda donación induce la reciprocidad y, con el tiempo, las donaciones
se estructuran en la práctica del trueque, que es una doble donación mutua. El
trueque hace que se vaya dando más importancia al regalo recibido que al regalo
otorgado, hasta un punto en el que, tras aparecer el dinero, cuya esencia y
funciones se estudian en detalle, aparece el mercado y el concepto del don se
pierde tras el anonimato del dinero, quedando triunfante lo
adquirido y forjándose el concepto de adquisición y compra. Las teorías
económicas se centran en el análisis de los diferentes mercados y suelen poner
el énfasis en la demanda. Las políticas económicas de los gobiernos, después de
Keynes, tienden a buscar fórmulas de estimular la actividad económica mediante
medidas que aumenten la demanda. La teoría de Keynes, que no es más que la transcripción del relato de José en Egipto, aconsejando ahorrar durante las vacas gordas para poder gastar cuando sean flacas, es ignorada por los gobiernos en su primera parte e interpretada como que se ha de gastar en las crisis lo que no se tiene y fomentar la demanda. El énfasis en la demanda y el consumo nos hace
egoístas, insatisfechos e infelices. Una de las tesis del libro es que hay que
recuperar el gozo del don enfocando la atención en la oferta, en lo que se hace
y se ofrece, actos que se fundan en lo que hacemos para otros y por otros, como
fórmulas de autodonación . Una economía con karma, con énfasis y atención en lo
que se hace e interés sobre cómo redunda en los otros lo que se hace,
contribuiría a hacernos generosos, plenos y gozosos. En el texto se
reconsideran aspectos clave de la teoría económica, cuestionando algunos
principios básicos de la economía tradicional.
Recientemente, está creciendo el número
de empresas con interés en los Stakeholders y no solo en los Stockholders,
es decir, no solo en los inversores sino en todos los afectados por la
actividad de la empresa: personal, clientes, proveedores, vecindario... Son
las Empresas con Karma. Recordemos que Karma significa acción
o energía trascendente que se deriva de los actos, palabras y pensamientos de
las personas.
No todas las personas somos iguales ni
todos los gestores y emprendedores de negocios tienen las mismas prioridades.
Unos buscan crecer, otros prestigio, otros hacer cosas, otros buscan el poder,
otros relaciones sociales y también los hay que solo quieren hacerse ricos,
pero al considerar intereses subjetivos, hay tantos como individuos. Un claro
objetivo a maximizar por todos es la autorrealización. Hacer
de cada uno de nosotros mismos la mejor versión posible de todas las que podíamos
ser. Somos lo que hacemos. Buonaroti se hizo Miguel Angel esculpiendo el David
y pintando la Capilla Sixtina y Cristóbal se hizo Colón descubriendo América. Somos
el producto de lo que hacemos, no de lo que compramos, por lo que hemos de cuidar
lo que hagamos y progresar por el camino seguro de la oferta.
En términos económicos, podemos
identificar la autorrealización con lo que, a nivel teórico, los economistas
denominan satisfacer la Función de Utilidad. La maximización del beneficio, lo
que hace es incrementar el presupuesto disponible pero el objetivo personal se
encuentra en maximizar la función de utilidad. Si el presupuesto impide el
acceso al punto óptimo de satisfacción, no se puede maximizar la Función de
Utilidad, por lo que tanto el beneficio para las empresas como los ingresos
para los individuos son una resticción a superar, pero no un objetivo a
maximizar. Cuando se alcanza la utilidad deseada, a partir de un determinado
presupuesto disponible, incrementar el presupuesto no resulta necesario. Aunque
el coste fuese cero, no se puede beber más cerveza en una barra libre de la
tolerable. Somos finitos y nos saturamos.
Quedando claro que el beneficio es un
posibilitante, un medio y un requisito para lograr lo necesario, no un fin en
sí mismo. Por tanto, maximizar el beneficio no puede ser un objetivo, máxime si
eso implica renuncias a la calidad de vida, lo que incidiría directamente en
una disminución del valor de la función de utilidad. En la práctica, ninguna
empresa se fija maximizar como objetivo, sino cumplir presupuestos finitos que
cubran las necesidades de gasto y proporciones beneficios realistas y
suficientes.
No son esos los únicos temas del
libro, que incluye toda una reflexión sobre la actividad económica, desde
diversos puntos de vista, considerando diferentes aspectos de la economía y dedicando bastante
atención a comparar algunas teorías económicas y a analizar las políticas
económicas de los estados que, de manera tan determinante, condicionan el
quehacer empresarial y la vida de sus ciudadanos. Reflexionando, por ejemplo, sobre cómo mejorar la aplicación de la teoría de Keynes en las crisis, las deficiencias a corregir en el neoliberalismo o los errores de las políticas económicas del régimen bolivariano en Venezuela.
El libro concluye con un análisis de la crisis de las sub-prime que nos ha tocado sufrir, junto con una reflexión sobre el Brexit y otra sobre la política anunciada por el Presidente Trump o trumpismo, se proponen medidas que aceleren la recuperación económica y el empleo, incluida una propuesta para deshacerse de la deuda pública.
Para más información (pincha aquí)
El libro concluye con un análisis de la crisis de las sub-prime que nos ha tocado sufrir, junto con una reflexión sobre el Brexit y otra sobre la política anunciada por el Presidente Trump o trumpismo, se proponen medidas que aceleren la recuperación económica y el empleo, incluida una propuesta para deshacerse de la deuda pública.
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