Con los datos que están aflorando en las últimas semanas y lo que ya sabíamos,
podemos ir elaborando un análisis de lo que ha supuesto y supone la corrupción
en España bajo la opaca manta de la democracia representativa.
Parece claro que hay, al menos, nueve tipos o modalidades de
instrumentar la corrupción nacional:
-Los golfos que proponen a algún político o funcionario
público hacer algún tipo de negocio para el que es preciso contar con licencias
o concesiones públicas, muchas veces en régimen de monopolio y en los que, a cambio
de lograr la aprobación del procedimiento administrativo necesario a favor del
golfo o la entidad física o jurídica que él indique, pagan un porcentaje o
comisión al cómplice de lo que facturan .
-Los empresarios honrados que participan de buena fe en
algún concurso público para realizar algún tipo de obra o servicio y, tras
ganar el concurso en buena ley, se encuentran con la solicitud de algún
político corrupto para que le entregue un porcentaje del importe del concurso
para “financiar al partido” si quiere firmar el contrato. Como consecuencia, o
el empresario sigue siendo honrado y pierde el concurso o accede a la solicitud
y se corrompe para poder seguir pagando la nómina.
-Los políticos que montan una empresa con alguna persona de
su confianza que les sirve de testaferro, para realizar servicios y obras
públicas que ellos mismos adjudican a la empresa formada por ellos, saltándose
las leyes concursarles y amañando las concesiones.
-Los políticos y empresarios que adquieren terrenos para ser
recalificados por los ayuntamientos con la complicidad de autoridades locales
que son debidamente ”recompensadas”.
-Los partidos que “montan el chiringuito oficial” e
instauran tarifas en las instituciones que controlan para cobrar
sistemáticamente un porcentaje de las obras y servicios contratados con el
pretexto de “financiar al partido”. Las tarifas suelen ser conocidas por todas
las empresas que suelen participar en los concursos públicos de esas
instituciones. Dado que esta última modalidad es sistémica, la gran mayoría de
casos de corrupción caen en esta modalidad que, por su naturaleza de
complicidad institucional escondida tras un gran pacto de silencio, será la más
difícil de hacer aflorar, siendo también la que acapara el mayor porcentaje del
volumen estafado por la extensión y recurrencia de la práctica. Es la modalidad
común de Gobierno Central y Gobiernos Autonómicos.
-Los funcionarios que reclaman una propina o mordida por
acelerar un expediente y que si no se les paga, no solo lo retrasan, sino que pueden
llegar a paralizarlo. Las licencias de todo tipo son las más rentables.
-Los políticos que acceden a cargos públicos o de entidades
públicas para los que, en muchos casos, no tienen competencia ni conocimientos
adecuados al cargo, con el único fin de cobrar un salario que no se ganan y,
con frecuencia, abusar de la entidad que se supone gestionan para esquilmarla con
el fin de enriquecerse (Roldán, Blesa, Bárcenas...)
-Los intermediarios o conseguidotes que intermedian entre
políticos y empresarios, llevándose una parte de “la tajada” que consiguen.
-En escala menor, pública o privada, tenemos los jefes de
compras que reciben incentivos de los proveedores, los jefes de obras que reciben
obsequios de los subcontratistas para que les faciliten el trabajo o, al menos,
no se lo compliquen, los sargentos cocina que reciben rápeles de los
proveedores…
Como consecuencia, la función de corruptor y corrupto son
intercambiables, unas veces son los ciudadanos corruptos quienes corrompen a
algún político corruptible para conseguir sus fines y, otras veces, son las
autoridades las que exigen a los ciudadanos que se corrompan para poder
conseguir aquello a lo que tienen derecho pero no pueden conseguir si no acatan
las imposiciones y el chantaje de los políticos que tiene el poder para denegarles lo que en
derecho les corresponde, salvo que se sometan a sus demandas. Y como puede
observarse, en muchos sitios cuecen habas.
El delito de corrupción, además de un delito de apropiación
indebida, constituye un delito fiscal, dado que no se conoce ningún caso en los
anales de la corrupción en el que los corruptos facturen los sobornos que
reciben con IVA y la liquiden a Hacienda.
Era evidente desde hace tiempo que ante el enorme volumen de
sobres y maletines que durante décadas han estado cruzando de manos, tarde o
temprano tenían que salir a la luz casos de corrupción. También es evidente que,
por estadística, dado el importe acumulado de los presupuestos de obras y
servicios, los casos que van saliendo apenas deben suponer la cumbre de un
enorme iceberg oculto bajo un mar de silencio y complicidad; además, dado que,
hasta ahora, los casos que se han llevado a los tribunales han partido en la
mayoría de los casos de cómplices del mismo partido que se han ido de la lengua
como protesta de que la tajada que les había correspondido era pequeña o porque
era tan grande que se les veía con los fajos de billetes cayéndoseles de los
bolsillos, lo que se ha destapado hasta la fecha ha sido mínimo, sintomático. El
núcleo central de la corrupción está constituido por las tarifas
institucionalizadas para cobrar por las concesiones de grandes obras públicas;
recordemos el famoso 3% que, según Maragall, cobraba la Generalitat de todo
contrato público que otorgaba, a quien, por cierto, le taparon la boca, al
parecer, los de su propio partido en una especie de “Cállate, muchacho, que nos
cierras el negocio”. Si las autoridades judiciales quieren de verdad tirar de
la manta, que investiguen tirando del hilo de las grandes concesiones de obra
civil. También sería muy fructífero para la clarificación de casos si los
partidos denunciasen lo que saben de buena tinta de los otros partidos en esa
pugna del “tu más” que parece se está desatando. Todos ellos tienen que estar
al corriente de lo que han venido haciendo los otros, al fin y al cabo, se
traspasaban el negocio de unos a otros con los cambios de color en las
instituciones.
A la espera de lo que, por un medio u otro, podamos seguir
conociendo unos casos tras otros, más o menos relevantes, y nos podamos ir
rasgando las vestiduras por entregas; se debieran tomar medidas para que, en el
futuro inmediato, dejen de ocurrir este tipo de saqueos desde las instituciones
públicas, pues nos arriesgamos a que cualquier día se carguen camiones con el
oro del Banco de España y se los lleven a embarcarlos en Valencia, dejándonos
con el pasivo de la duda y sin activos con los que hacerla frente.
¿Que medidas tomar?
1.-Que los delitos de
corrupción no prescriban
Dado que mientras el político corrupto está en el poder,
nadie le denuncia por miedo a represalias; cuando el poderoso pierde el poder,
son más de uno quienes están deseosos de hacer leña del político caído, es esa una
razón de peso para que los delitos de corrupción no prescriban. Por ello, el
que el delito de corrupción no prescriba sería la principal medida
anticorrupción. La impunidad es el lubricante de la corrupción.
2.-Fomentar las
denuncias y los testimonios
Otra medida de eficacia sería introducir leyes que fomenten
la denuncia y la prestación de testimonio contra los corruptos. El Emperador
Augusto combatió con éxito la corrupción en el Imperio Romano con dos medidas:
-El delator
que aportase pruebas que demostrasen la comisión de un acto de corrupción
pública recibiría la mitad de la multa que se impusiese al corrupto.
-El delator
que hiciese una denuncia que se demostrase falsa, debería de pagar al Imperio
el doble de la multa que hubiese tenido que pagar el infractor de haber sido
condenado.
La experiencia de las medidas antimafia en diferentes países
aconsejaría conceder cierta impunidad o rebaja de penas a los denunciantes que
pudieren estar imputados en la corrupción denunciada por ellos.
3.-Confiscar el
patrimonio del corrupto, dentro y fuera de España
Si el corrupto es, por principio, un ambicioso patológico,
la mejor medicina preventiva debiera ser una amenaza rotunda y ejemplar para su
bolsillo.
4.-Castigos
ejemplares en los casos de corrupción
Seria muy aconsejable el destierro de por vida del corrupto y pérdida de la nacionalidad.
No vamos a seguir alimentando a quienes nos han estado robando el pan.
5.-Dotar de medios a
los jueces y fiscales anticorrupción
Resulta vergonzosa la eternalización de los procesos por
falta de medios, parecen estar diseñados los procedimientos para que los
delitos prescriban.
6.-Limitar los gastos
de los partidos políticos
Siendo la “financiación del partido” la principal excusa
esgrimida para pedir sobornos a pecho descubierto, con la total naturalidad del
“todos lo saben” que hay que “contribuir a los gastos del partido”, reduzcamos
las necesidades financieras de los partidos. Los gastos de las campañas
debieran de, si no eliminarse, reducirse a la mínima expresión. Con los medios
públicos de comunicación debiera bastar para que los partidos y sus programas
sean conocidos por los votantes, sin necesidad de carteles ni mítines masivos.
Utilizar las web de los partidos para dar a conocer los programas y los CV de
los candidatos sería muy económico y más que suficiente para formarse un
criterio y votar.
7.-Limitar el tiempo
para el ejercicio de un cargo público
La corrupción, como todo, requiere cierto periodo de
aprendizaje, limitar la duración de los titulares en los cargos públicos reduce
el periodo de corrupción experta y profesionalizada que se desarrolla con la
permanencia en el cargo. Acortar el tiempo de ejercicio de un cargo público
también reduciría el sentimiento de impunidad.
8.-Controlar los
patrimonios de los políticos
Tanto antes de acceder al cargo, como durante el ejercicio
del poder, como al dejarlo y a los 10 años de haberlo dejado.
9.-Que las condenas por corrupción no puedan ser indultadas
9.-Que las condenas por corrupción no puedan ser indultadas
10.-Luchar en las
instituciones internacionales por eliminar los paraísos fiscales y el secreto
bancario
Sin comentarios
Espero que los comentarios sean lo que puedan añadirse por
los lectores y contribuyan a enriquecer lo dicho con más y mejores ideas y
testimonios aportados por ellos.
PS: Para conocer casos concretos de corrupción que ilustren
lo que se afirma en este artículo, se aconseja leer, en este mismo blog: La
sobremesa
http://carlosdelama.blogspot.com.es/2013/10/normal-0-21-false-false-false.html