domingo, 25 de diciembre de 2016

En busca de razones que justifiquen una sinrazón



Hace ahora un año que asistí por primera vez a un pleno. Lo hice con ocasión de la solicitud de declarar BIC las cocheras de Cuatro Caminos. Ha sido un año acumulando información y analizándola en busca de pautas sobre las razones del Delegado de Urbanismo para actuar como actúa. Seria interesante conocer el texto sobre la visión para el futuro de la ciudad que, según parece, presentó el Delegado de Urbanismo en Perú y que reclamó la Concejal Dña. Mercedes González en la sesión de la Comisión de urbanismo de noviembre de 2016  que al parecer no aparece. Aristóteles nos dijo en la Metafísica que todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber. Hasta tal punto es verdad, que cuando no sabemos, preguntamos y si no tenemos respuestas aceptables, observamos los hechos y hacemos conjeturas, que es el primer paso del método científico.

Mi primera conjetura, en ausencia de toda evidencia que desvelase sus intenciones y sin más razón que el deseo de encontrar una razón a la sinrazón, fue pensar que el Delegado de Urbanismo podría haber llegado a un acuerdo con Arabia Saudita para reservar los mejores solares Madrid para construir mezquitas, incluidas las cocheras de Cuatro Caminos, pero el hecho de que se le terminaría por ver el minarete y el que la metodología de la ciencia requiere que toda conjetura ha de estar basada en hechos me hizo descartar esa primera hipótesis.

Los sociólogos lamentan que su ciencia no puede hacer experimentos, ya que todo experimento alteraría la realidad de los hechos. Ello no impide que la formulación de hipótesis sociales siga la metodología científica y se formulen buscando dar explicaciones a los hechos conocidos, aunque para corroborar esas hipótesis haya que esperar a que hechos futuros las confirmen.

Hay una ley de la psicología empírica que dice: "Todo comportamiento irracional, o tiene una causa patológica, normalmente inconsciente, o está causada por la ignorancia o se debe a una intención oculta, normalmente inconfesable".

Sin descartar otras motivaciones que contribuyan a radicalizar sus prejuicios, lo lógico es que la intención que mueve al Delegado de Urbanismo sea un objetivo claro y consciente. Afortunadamente, las intenciones se van desvelando en los hechos.

Contamos ya con suficientes hechos significativos: El asentamiento de rumanos en Delicias, la solución "no homogénea" del Paseo de la Dirección, las paralizaciones irracionales e injustificadas de las promociones de Cuatro Caminos  y Raimundo Fernández Villaverde, el plan de Urbanismo de contrarrestar la polarización norte-sur. Como le comenté al Delegado de Urbanismo y sus acompañantes en una reunión sobre urbanismo en el Circulo de Bellas Artes, la polarización norte-sur, más bien noroeste-sureste, no es producto de ningún complot discriminatorio ni una situación anómala que haya que corregir, sino un hecho natural causado por el anticiclón de las Azores, que al imponer al viento del noroeste como dominante en la ciudad hace que la contaminación se desplace hacia el sureste, lo que obliga a ubicar la industria contaminante en el sur-este, donde, por logística, también se instalan las industrias auxiliares que son proveedoras o clientes de las otras, mientras que: universidades, hospitales, residencias, ministerios, centros comerciales, oficinas y actividades no contaminantes se instalan en el noroeste. Eligiendo los obreros, libremente, ir a vivir cerca de las fábricas que les proporcionan trabajo. Ese deseo injustificado de redistribuir la población busca algún objetivo político que habría que analizar en el contexto de las demás actuaciones.

El asentamiento de rumanos, forma parte de los múltiples asentamientos y deportaciones, fomentados o forzosos, que se han producido en la historia con fines políticos, como los que hicimos los españoles en la Edad Media, llevando numerosas poblaciones de cristianos al sur del Duero para afianzar la reconquista y recristianizar el Andalus. Más reciente, tenemos los ejemplos de los asentamientos de judíos en Palestina y los de árabes en Molenbeek, en Bruselas, donde el alcalde Philippe Moureaux, llevó oleadas de argelinos primero y luego todo tipo de árabes para mejorar sus resultados electorales mediante el voto agradecido de los favorecidos. Comenzando con su propuesta de la Ley contra el racismo y la xenofobia de 1981 (conocida como Ley Moureaux) para atraer emigrantes, su política le ha llevado a convertir el barrio residencial, modélico y pacífico de Molenbeek en un santuario del terrorismo internacional en el que hasta la policía teme entrar salvo en gran número y bien armados, como pasaba en la Kasba argelina en tiempos del FLN y la OAS. Pero Moureaux feliz acaparando sus votos.

Al menos tres de los autores de los atentados de noviembre en París procedían de allí: Ibrahim Abdeslam, Abdelhamid Abaaud y Salah Abdeslam. Hassan el Haski uno de los autores intelectuales de las matanzas del 11 de marzo de 2004 en Madrid vivió "estancias prolongadas" en Molenbeek. Como publicó el periódico vienes Die Presse:

"Molenbeek saltó a los titulares por primera vez en 2001: Abdesatar Dahmane, asesino de Ahmed Schah Masud, héroe de guerra afgano y terror de los talibanes, también era un habitual del centro islámico de la rue du Manchester 18, famosa por las opiniones radicales de sus habitantes; también lo era Hasán el Haski, sospechoso de estar tras los atentados de Casablanca (41 muertos en 2003) y Madrid (200 víctimas en 2004). Las armas empleadas en el ataque contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo en enero de 2015 procedían de Molenbeek. El yihadista francés Mehdi Nemouche, que provocó un baño de sangre en el Museo Judío de Bruselas el año anterior, vivía allí. En agosto de 2015, Ayub el Jazani salió del distrito para tratar de atentar contra un tren que efectuaba el recorrido entre Ámsterdam y París".

El ejemplo de Molenbeek junto con los otros hechos citados: plan de homogenización social norte-sur, los asentamientos de rumanos en Delicias, etc, proporcionan un sólido argumento sobre lo que parece motivar la acción del Delegado de Urbanismo: la puesta en práctica de un plan de ingeniería social con fines políticos, consistente en instalar o reubicar colectivos que aseguren un voto cautivo, en lugares estratégicamente seleccionados, con el fin de alterar la geopolítica electoral.

Esa estrategia iría sembrando la ciudad de guetos de diferentes colectivos con una afinidad étnica y cultural entre sus miembros que propicia comunidades endogámicas que se perpetúen, cada vez más diferenciadas de un entorno cada vez más hostil, con el fin de que voten lo planificado no ya de por vida, sino por generaciones.

Dado que el principal colectivo de emigrantes son los árabes, no va a resultar tan descabellada la idea de construir una mezquita sobre el terreno de las Cocheras.  Un Madrid trufado de Molenbeeks sería un explosivo social a largo plazo, en Bruselas bastaron 25 años para hacerlo estallar. El resultado es conocido, a sabiendas de que:
          تذكر أن مدريد كانت مدينة العربية القديمة دون أن ننسى                                                                                                      أنه كان المعسك الروماني     

Entenderse no será fácil, la convivencia, difícil, los conflictos y la inseguridad, asegurados.  Todo un socicidio que destrozará la esencia de la ciudad y la convivencia.

Son dos los recursos que se necesitan para sacar adelante el plan: grupos de gente que poder asentar y suelo público donde poder asentarlos. La necesidad de atraer gente explica la pancarta en la fachada del Ayuntamiento dando la bienvenida a todo tipo de inmigrante, la actitud hacia el CIE y la propuesta de subvencionarles viviendas, enviar un embajador a Grecia a captar refugiados necesitados de ayuda médica para ser tratados en Madrid, donde se instalarían con sus familiares, el DNI municipal para documentar a los indocumentados para pasar a ser acreditación para el voto municipal, la política con los ocupas,... La necesidad de suelo público libre explica la obsesión por la no monetización, el esfuerzo para revertir a la propiedad pública suelo privatizado, el énfasis por obtener zonas para viviendas subvencionadas en el seno de todos los planes urbanísticos, el plan de compra de viviendas por el Ayuntamiento, los desalojos inducidos por el gran plan de homogenización social norte-sur...y terminaremos con el exprópiese, exprópiese a lo Hugo Chávez. es. De una conjetura plausible pasamos a  una teoría confirmada por los hechos, cada nuevo acto municipal sobre urbanismo ratifica la teoría y es a su vez explicado por esa teoría. Como toda buena teoría, se apoya en datos, explica lo ocurrido y lo que va pasando y predice lo que puede ocurrir. A los emigrantes, hay que acogerlos e integrarlos, pero no confinarlos en guetos varsovianos con el fin de manipularlos políticamente al servicio de intereses partidistas.

Los esfuerzos por, no ya desahuciar de sus viviendas, sino, como atestiguan los numerosos mensajes en las redes sociales de coreógrafos del partido en el gobierno municipal pidiendo que los cooperativistas se marchen a Seseña, deportar de Chamberí a cientos de familias normales utilizando como excusa cualquier irrelevancia no vinculante, con el fin de sustituirlas por asentamientos de colectivos subvencionados con el erario público, que aseguren el voto cautivo al partido instigador del plan, como tributo del clientelismo político, parece ser la auténtica razón que explicaría no estimar la iniciativa. La excusa siguiente será tan irrelevante, rebuscada e injustificable como la primera y se seguirá impidiendo la tan necesaria reforma de los talleres de Metro para garantizar la fiabilidad del servicio y la seguridad de los usuarios.

¿Cual es la moraleja de esta historia?

Los llamados partidos constitucionalistas, debieran abrir los ojos, pues les están quitando el suelo debajo de la alfombra que pisan. O pelean y ganan las primeras batallas, como las de Metropólitan, Raimundo Fernández Villaverde y Castellana Norte o, si esperan para batallar en el futuro, podrían quedarse sin futuro.

Es evidente que a los cooperativistas les quieren quitar sus viviendas por no parecer cumplir el perfil de votantes que el Delegado de Urbanismo desearía para quienes instalen sus viviendas en el corazón de Chamberí, no es quizás tan claro pero no es menos evidente  que a los partidos de la casta, los descastados les pretenden dejar sin futuro.


(*) Madrid fue una antigua ciudad árabe, sin olvidar que antes fue un campamento romano.