lunes, 15 de marzo de 2010

Como salir de la crisis

El problema es complejo, ya que, simultáneamente, tenemos recesión y déficit público. Como consecuencia de la situación, tenemos que dar liquidez al sistema, estimular el empleo, reducir el déficit público y bajar el déficit exterior. Lo malo es que muchas de las medidas para combatir la recesión aumentarían el déficit y la mayor parte de las medidas para reducir el déficit provocan mayor recesión.

Es como tener un paciente que sufre hemorragias y trombosis al mismo tiempo. Si le das anticoagulantes se desangra y si le das coagulantes sufriría una trombosis. Dada la dificultad de acometer todo a la vez, tenemos que dar prioridades. En mi opinión, tendremos más éxito si relanzamos primero la economía y se da prioridad a la lucha por reducir el paro; para acometer a continuación la reducción del déficit. Si estamos de acuerdo en este punto, las medidas a tomar quedan más claras:

En una primera fase, necesitamos mantener bajos los tipos de interés y estimular la economía mediante medidas fiscales expansivas, reduciendo los tipos impositivos y acometiendo proyectos públicos productivos. Entre los grandes proyectos que habría que acometer con urgencia es un amplio plan energético que asegure el suministro interior y reduzca la factura exterior en materia de energía. Para asegurar el éxito, no habría que descartar la opción nuclear. Habría que invertir más en investigación, a fin de lograr ser más competitivos. Una reforma del mercado laboral, que establezca unas condiciones contractuales para los nuevos contratos similares a las de nuestros países competidores, mantenga los derechos de quienes actualmente tienen contratos fijos, pero establezca nuevas normas para los nuevos contratos. El proceso debe acompañarse de una simplificación administrativa radical que simplifique y abarate la creación de nuevas empresas y una agilización de las licencias de actividad.

La lucha contra el déficit en esta fase debe centrarse en la reducción del gasto público no productivo y generar recursos mediante la privatización de todo tipo de activos, comenzando con las empresas públicas, tanto si dan beneficios como si están en pérdidas, pasando por los terrenos y edificios públicos y terminando con el último cuadro del Museo del Prado si llegase a ser necesario. Todos los recursos obtenidos mediante las privatizaciones deberán dedicarse a proyectos productivos y a amortizar deuda pública, bajando con ello los intereses financieros y contribuyendo a la contención de un tipo de interés bajo y a ir recortando gasto público al reducir el importe de los intereses a pagar por el Estado. Una medida eficaz pero difícil, sería provocar una deflación que reduzca simultáneamente precios y salarios a todos los niveles, ello tendría e efecto de una devaluación, opción ésta imposible en el marco de euro.

En una segunda fase, una vez iniciado el crecimiento del empleo, habrá que centrarse en el déficit: intensificar el control del gasto público y seguir con las privatizaciones. El crecimiento de la economía mejorará las cuentas públicas al aumentar la recaudación y, solo cuando el paro esté controlado, se podrá aumentar prudente y progresivamente los impuestos pero sin tocar el IVA. Es la primera ley de la economía que si se desplaza la oferta hacia arriba, encareciendo los precios, se reduce la actividad económica y se genera paro.

Cuando lo popular es lo correcto

Subir los impuestos en plena crisis es un cañonazo a la línea de flotación de la recuperación económica. Decía el presidente Obama en Las Vegas, hace unos días, que en el gobierno “tomamos medidas porque creemos que son correctas y no porque pensemos que son populares”. Su frase fue acogida con una cerrada ovación. Frecuentemente, las medidas económicas correctas no son populares, como es el caso de ampliar la edad de jubilación, lo incomprensible es que se puedan tomar medidas probadamente incorrectas que además son impopulares, como es el caso de subir los impuestos inoportunamente. Lo correcto en este momento es lo más popular del mundo: bajar impuestos. Lo primero que hay que tener en cuenta es que es muy complicado acometer simultáneamente medidas de reactivación económica y medidas de control del déficit, por lo que hay que dar prioridades, y la prioridad es generar empleo, ya que el crecimiento de la actividad económica proporcionará ingresos para reducir el déficit.

Comencemos por analizar el comportamiento de dos conceptos macroeconómicos básicos: la demanda agregada y la oferta agregada. Que corresponden al conjunto de lo que se sacará al mercado a lo largo del 2010 en función de los precios y lo que los consumidores desearían comprar en función de esos mismos precios a lo largo de ese mismo periodo.

Precios
demanda oferta

Equilibrio económico Actividad

Pues bien, ambas curvas se cruzan en un determinado punto de equilibrio económico, que determina, por un lado el nivel de los precios y, por otro, el volumen de la actividad económica del país. Si se suben los impuestos indirectos, es decir, si se sube el IVA como hace el presupuesto para 2010, la curva de oferta se encarece, es decir, hay que pagar más por lo mismo, lo que gráficamente se representa por un desplazamiento hacia arriba de la mencionada curva de la oferta, lo que desplaza el punto de corte de ambas curvas hacia arriba y a la izquierda del gráfico, es decir, se encarecen los precios y se retrae la actividad económica, generando más paro.



Precios oferta

Paro adicional Actividad


Si se suben los impuestos directos, como es el caso del IRPF, dejamos menos dinero en los bolsillos de los consumidores y se reduce la demanda, es decir, se produce un desplazamiento hacia debajo de la curva de demanda, con lo que el equilibrio macroeconómico se desplaza aún más hacia la izquierda, produciendo aún mayor reducción de la actividad y mayor paro.


Precios demanda

Mayor Paro Actividad


Otra curva económica de interés para el análisis de las medidas tomadas, es la curva de equilibrio fiscal, la cual relaciona la tasa impositiva con la base imponible. Dicha curva tiene una forma aproximada de hipérbola, de forma que al bajar la tasa se estimula la actividad económica y aumenta la base impositiva. Podría ocurrir que un aumento determinado de la tasa reduzca el total de lo recaudado, puesto que la recaudación es el produzco de la tasa por la base impositiva, representada por la superficie del rectángulo de la figura.





Tasas
Base impositiva

Eso que “puede ocurrir” necesariamente ocurre en tiempos de crisis, pues en esa situación la curva es muy elástica, es decir, muy sensible a los cambios de tasa, ya que al disponer de escasos recursos se mira mucho el precio, lo que gráficamente su representa por una curva muy plana, casi paralela al eje de las x; así que una leve aumento de tasas supone una gran retracción de la actividad y, en consecuencia, de la base imponible. El resultado será que: la economía reducirá aún más su actividad, se generará más paro, y la actividad económica residual se sumergirá aún más. El efecto fiscal será que la recaudación será menor de lo que se hubiese obtenido sin subir las tasas, ya que el aumento por mayores tasas (rectangulito apaisado) será inferior a la perdida por menor actividad imponible (rectángulo de la derecha).

Nota: Lamentablemente, el sistema del Blog elimina las gráficas