La crisis económica, la
crisis energética y las crisis políticas no son gran cosa comparadas con la crisis del agua. Hoy,
1.000 millones de personas, la sexta parte de una población de 6,6 billones de
habitantes, no tienen acceso a agua potable. Según las proyecciones, para el
2050 seremos 9 billones los habitantes de este planeta y los efectos del cambio
climático y el aumento de la contaminación harán que uno de cada tres seres humanos
no dispongan de agua potable.
Los pesticidas, la contaminación
orgánica, principalmente por el bacilo de Coli y las bacterias termo tolerantes
y la contaminación inorgánica, en especial por arsénico, plomo, mercurio y
níkel, hacen que 3,4 millones, la mayoría niños, mueran al año por infecciones
y envenenamientos contraídos por agua infecciosa o polucionada. Males como la
arsenicosis, fluorosis, hepatitis, diarrea, tifus y tracoma hacen que el 19% de
las muertes por infecciones se deben al agua contaminada. A esas cifras hay que
unir las debidas a la deshidratación y las afecciones por deficiencias en el
agua, especialmente por falta de calcio , magnesio o fluor.
Los enfrentamientos por el agua
superarán a los producidos por el petróleo. Ya se han dado conflictos por los
recursos hidráulicos entre Turquía y Siria por la presa de Ataturk, entre
Israel y Siria por las fuentes de los altos del Golán, entre Israel y Jordania
por las aguas del Jordán.
El problema, aunque más grave en los países
subdesarrollados, sólo en el Sur Este Asiatico son 210 millones las personas
afectadas, también afecta a los más desarrollados. Desde 1971, la Agencia para
la Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) y el Consejo Epidemiológico de
los Estados y Territorios colaboran en la vigilancia del estado de las aguas y
el brote de enfermedades, encontrando una alta correlación entre el deterioro
de la calidad del agua y la aparición de enfermedades entre la población de los
EE.UU. tanto debidas a la bebida de agua contaminada como su uso recreativo e
higiénico (piscinas, duchas...) (WBDOs). Los focos de legionela en las duchas
saltaron a la prensa. En el periodo 1999-2000 se documentaron 39 epidemias, una
de ellas afectó a 10 estados de la Unión. De los 39 brotes, 22 fueron procesos
infecciosos por bacterias, dos fueron envenenamientos y el resto diversas
causas patógenas, principalmente virus y agentes cancerígenos.
Los grandes problemas globales,
como el del agua, nos urgen a establecer cuanto antes un nuevo orden mundial en
el que se puedan resolver las crisis evitando conflictos.
En Europa, las recurrentes
inundaciones centroeuropeas y las frecuentes sequías en los países mediterráneos
aconsejan que se desarrolle un plan hidrológico pan-europeo.
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