martes, 21 de abril de 2015

El valor de la memoria





Me encuentro sumido en un proceso acelerado de pérdida de memoria, tanto biológica como documental, que me lleva a hacerme esta reflexión sobre el valor de los recuerdos. Por un lado: la edad, el Parkinson y una serie de tres recientes infartos cerebrales (afortunadamente no muy severos) se están encargando de reducir el ámbito de mis recuerdos cerebrales. Por otro lado: estamos en plena mudanza, de un chalet de tres plantas con cinco librerías, nos vamos a un piso con dos dormitorios y tres librerías, de las que una está en un pequeño trastero, esa parte soterrada de la memoria impresa que Freud llamaría el inconsciente de la biblioteca. Como consecuencia, me he visto obligado a deshacerme de 87 cajas de embalaje llenas de documentos. Con gran pesar, me he tenido que deshacer de informes, artículos, propuestas a clientes, estudios, apuntes de la universidad tomados como estudiante, guiones de las conferencias, cursos, clases y seminarios dados por mi como profesor; artículos escritos por mi y artículos publicados por otros y ávidamente recopilados por mi, sesudos y voluminosos manuales de procedimintos sobre como tal y como cual, cuadernos con notas manuscritas, correspondencia mantenida con amigos de quienes perdí la pista antes de que las redes sociales fuesen operativas, largas listas de código en cobol, fortran, APL, assembler, cajas con tarjetas perforadas de programas para la IBM 360 e incluso una tira de papel perforado con mi primer programa, escrito en código de máquina para la IBM 1401 que teniamos en el laboratorio de electrónica de la Escuela de Ingenieros Industriales de la Politécnica…toda una vida profesional, académica y social plasmada en papel.

En busca de consuelo, he llegado a la conclusión de que el valor de la memoria reside en el valor que pueda aportarnos en el futuro. Como D. Julián Marías solía decir, “el hombre es un ser futurizo”. Vivimos y actuamos en aras de unos objetivos situados en nuestro horizonte temporal. Como consecuencia, todo recuerdo se atesora por el valor que pudiese tener para el futuro, por lo que todo recuerdo que carezca de función en el futuro es prescindible. Toda esa masa de información acumulada por su disponibilidad para ser consultada ante un posible nuevo trabajo similar en algo a algún trabajo anterior, esas teorías que podrían ser de utilidad en algún estudio o investigación del futuro, carecen de valor cuando ya no habrá nuevos trabajos y es totalmente prescindible todo documento que, probablemente, no volverá a ser consultado nunca por interesante que aparente ser, o le parezca al autor. Queda la añoranza por lo hecho. El hombre es lo que ha hecho y olvidar lo hecho es olvidarse en parte de quien somos. El otro valor de la memoria, el de rememorar, el poder recordar momentos felices que pasaron, es al que se renuncia de verdad con dolor al borrarla conscientemente y es la nostalgia lo que duele al ir deshaciendote de documentos.

Pienso que la felicidad está en la realización, es decir, en hacer realidad las ideas y aspiraciones. Reinterpretando lo que decía Schopenhouer sobre voluntad y representación, lo que entiendo por realización es la materialización de la voluntad en su representación tangible. La felicidad es ver hecho en piedra lo que fue un dibujo sobre el papel. Lo más frustrante de mi vida como consultor se dio el día que presenté a la ministro de un país para el que había hecho un plan estratégico por encargo de Unido, la agencia para el desarrollo de la ONU, el informe final de mi estudio. Uno de los directores generales presentes en la reunión dijo: “Si tuviésemos tempo, estas recomendaciones habría que ponerlas en práctica inmediatamente, pero dado que las elecciones son dentro de dos meses y los sondeos indican que las vamos a perder, lo mejor que podemos hacer con este informe es perderlo, para que lo oposición no lo aplique y se atribuya el mérito”. No se lo que pasaría con el informe, pero tengo la esperanza de que el representante de Unido en el país diese copia de su ejemplar al nuevo gobierno.  Por otro lado, mi mayor satisfacción profesional fue cuando, en vísperas de una memorable Navidad, firmamos el documento con los acuerdos alcanzados por nuestro grupo de trabajo durante la Conferencia de Paz de Yugoslavia. Un corto documento del que se guarda copia en los archivos de la Unión Europea y es uno de los pocos documentos que he salvado de la quema, pues con ese pequeño documento, sumado al de los otros grupos de trabajo, eran seis, se hizo la paz a ambas orillas del Drina. Y, una de cal y otra de arena, la alegria con la que recibía cada noticia de que se habia incorporado al documento de la Constitución Europea una propuesta mía, se vieron todas frustradas de golpe con el no francés a la aprobación del documento. Si parte de los documentos de los que me he deshecho han alimentado los contenedores del Ayuntamiento para papel y cartón, a la espera de ser reciclados para futuras funciones y servicios, la gran mayoría, por la confidencialidad de la información que contenían, ha ardido en la chimenea, contribuyendo a nutrir  Fahrenheit 451, sublimando recuerdos y esperanzas en la pira del sacrificio.

Lo que menos me costó tirar fueron los originales de artículos publicados en revistas como Cunal, Organización Administrativa, Ahorro, Organización Industrial, Hacienda Publica, Economistas, Torre de los Lujanes…ellos ya se ganaron un lugar en la memoria colectiva de alguna hemeroteca y quedan al servicio de quienes puedan estar interesados en los temas tratados en ellos. Tambien he aprovechado la criba para deshacerme de documentos sin ninguna utilidad, como folletos publicitarios, revistas antiguas o el programa económico de Podemos.

Me quedan los libros, según el inventario del ordenador, debiera haber 5.328 ejemplares. No se qué destino tendrán los que no encuentren ubicación en los estantes disponibles. Contemplando los que ya he conseguido asignar un lugar en la nueva librería del nuevo salón, me preguntaba con cuáles me quedaría si solo pudiese quedarme con tres y me inclino, en primer lugar, por los tres libros rojos de la física de Freynman. Como él mismo dice, si por un cataclismo la humanidad olvidase todo lo que sabe, habría que hacer todo lo posible por recordar que la materia esta compuesta de átomos. El segundo serían los 45 tomos de la Historia de Roma de Indro Montanelli, que, en esta nueva etapa de mi vida, tengo intención de releer, ya voy por el segundo, en la disputa entre el senador Marco Porcio Catón (El Censor) y el general Publio Cornelio Escipión (El Africano) en el Senado Romano por el tesoro de Siria, parece que el tema de la ambición y la corrupción no son invento del siglo XXI, y el tercero a salvar, sería  alguno de los libros de Tagore.

Decididamente, una de las funciones de la memoria es el olvido, mejor dicho, tener un comportamiento selectivo, estar en un continuo “esto lo guardo” “esto lo tiro”, en función del servicio que considera pueda tener esa información para el futuro. Cuanto menos futuro nos queda, menos memoria necesitamos. Nuevos recuerdos, mínimos, se hacen relevantes, como cuales son las pastillas qué hay que tomar con la cena y dónde se dejaron las gafas.

Al pasar página, tras ella y bajo ella quedan las páginas ya escritas que precedieron a la nueva en blanco. Soy consciente de que en mi nueva página en blanco me queda poco por escribir, pero lo que escriba, espero poder compartirlo con vosotros, mis amigos. Como decían mis abuelos, que eran cántabros, no se debe llorar por la leche derramada y habrá que pensar si queda algo por ordeñar.

36 comentarios:

Carlos del Ama dijo...

Nicolás Redondo publica hoy un artículo sobre Memoria y Olvido

Renato dijo...

Solía decir la abuela de mi esposa Trini una frase que a mi me indignaba por lo vulgar que me parecía. "Un hombre es lo que come."
Por respeto a mi mujer nunca mostré mi enfado aunque luego, en privado, reflexionaba sobre el alcance de la misma. Un hombre es lo que come, un hombre es lo que piensa, un hombre es lo que hace, un hombre es lo que los demás piensan que es, un hombre es lo que recuerda...

Si una persona perdiera todos, absolutamente todos, los recuerdos, ¿Seguiría siendo la misma persona?

Esto que te voy a contar no es un cuento porque nunca se lo he contado a nadie.
En mi primera juventud, segunda adolescencia, no fui demasiado feliz. Era inseguro y reconcentrado. A veces salía de noche a pasear solitario hasta altas horas de la madrugada huyendo de mi mismo. Cierta vez andaba meditando sobre mi deseo de ser diferente y me crucé con otro joven de aspecto desastrado que caminaba por la misma calle de Alacalá en dirección contraria. Y pensé "Ahora mismo me cambiaba por ese" Al principio me aterró la idea. Representaba renunciar a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos para embarcarme en otro ser que desconocía totalmente. Pero era tan egoista y cretino que a pesar de todo lo deseé
fervientemente. Entonces oí una voz profunda dentro de mi que decía: "Sea, tu deseo ha sido aceptado, ya te has cambiado por el otro"
Me miré las manos y no noté ningún cambio, seguía siendo yo, me sentía igual y tenía los mismos deseos y recuerdos. No, no era el otro, seguía siendo yo. Y entonces lo entendí, efectivamente nos habíamos cambiado pero era evidente que si yo era ahora el otro y el otro era yo, seguía habiendo un yo y un otro y las esencias seguían siendo las mismas con lo que no cambiaba la personalidad de cada uno.
Así que ya lo sabes Carlos en un momento de mi vida renuncié con éxito a ser yo para ser otro y el otro pasó a ser yo. Nunca me he arrepentido de ello pero tampoco lo he repetido.

Renato dijo...

Querido Carlos, yo tengo el mismo defecto que tú, no sé tirar papeles.
Guardo libros, prospectos, proyectos, trabajos, escritos, correspondencia, por si acaso. No se cual es ese "acaso" posiblemente tenga que ver con mis hijos, pero en el fondo sé que son de otra generación y todo lo que yo atesoro son vulgaridades para ellos.
Es una especie de fetichismo que ocupa espacio en mi casa y llena de polvo mi atmósfera.
Con decirte que guardo hasta libros que enseñan a programar en Basic Sinclair, si, el del Spectrum.

Creo que es algo que tiene que ver con el consumo. Son las sempiternas magdalenas de Proust. Necesitamos el objeto para afianzar el recuerdo.
Hoy día con la interdependencia electrónica podríamos acceder a bibliotecas en la nube y volver a leer cualquier libro. Desechar nuestros primeros trabajos que ya nosotros mismos hemos superado o en el peor de los casos escanearlos y guardarlo digital (e inutil) mente.

Y yo me quiero negar a que mis emocionantes recuerdos queden vinculados para siempre a un objeto material.
Escribía el esteta Jorge Luis Borges, que cierta vez saliendo en Barco de Montevideo arrojó un peso de plata por la borda. Dice que con esa acción estableció un vínculo eterno entre el y el peso. Ya que te gusta Feynman entenderás que hablaba del entrelazamiento cuántico.
Me niego a eso pero en verdad no se como conseguirlo. Debe ser porque soy de postguerra.

Quiero decirte que te entiendo perfectamente y hasta te envidio una miqueta. No por irte a una casa mas pequeña, sino por conseguir deshacerte del lastre que impide sentir tus recuerdos libres como el viento.
Pero no te enfades conmigo y perdóname si me equivoco. Yo te voy a seguir admirando aunque estés desnudo como los hijos de la mar. No tiene por que tener que ver con el último viaje.

Carlos del Ama dijo...

Querido Renato, me encanta leerte, creo que el mayor atractivo de este blog eres tú. Desde luego, no sería lo mismo sin ti y sería estupendo poder contar con más colaboradores con "la redacción" como tú.

Un amigo mio, que solo te conoce a través del blog, te definió como el "que dices que me opongo". Como es evidente en tus dos comentarios sobre este tema, está totalmente equivocado, tus aportaciones son estimulantes y enriquecedoras, incluso cuando juegas a la contra.

Tras leerte, me ha venido la idea que lo que en realidad somos es la corteza endurecida de lo que fuimos, incluido lo que comimos.

Carlos del Ama dijo...

Reflexiones valiosas.
Comentaremos sus contenidos. Yo me deshice de mi archivo. Sólo deje lo legalmente necesario. Después de 1.500 obras !!
Ya comentaremos. Un fuerte abrazo,

FIKI

Carlos del Ama dijo...

De lo que más me ha constado deshacerme han sido los proyectos de los tres edificios que he hecho, asi que me imagino tu esfuerzo por deshacerte de 1.500

Unknown dijo...

UN PEQUEÑO CUENTO

EL DUENDE DE LA MEMORIA

Quiero contaros esto, antes de que, los duendes, lo borren de mi memoria. La cosa ocurrió el pasado verano. Regresaba a puerto después de una pequeña singladura, probando mi nuevo velero. La cálida luz del sol poniente, por babor, contrastaba con las luces de tierra que ya se comenzaban a divisar. Un viento suave del sur nos empujaba y, digo nos, porque iba acompañado de uno de mis mejores amigos: mi perro. Mi perro se llama Lord
Me encontraba distraído, disfrutando del atardecer cuando, Lord comenzó a ladrar y a recorrer el barco de una punta a la otra, “algo está pasando” pensé pues es un animal muy tranquilo y ha navegado docenas de veces. Por la borda de babor vi como un grupo de delfines se movían de forma inusual y volví a pensar lo mismo “algo está pasando”. Al cabo de un par de minutos descubrí lo que ocurría: una cría de delfín se encontraba atrapada en el interior de una gran red (de las que se desprenden de los pesqueros y quedan a la deriva) y se debatía inútilmente intentando salir. No lo dudé dos veces, después de haber arriado las velas y echado el ancla, me puse las aletas, las gafas, cogí mi cuchillo y me lancé por la borda.
Una vez en el agua, rasgué ampliamente la red con lo que, el pobre animal, recobró su libertad. Los demás delfines me dieron las gracias, saltando alegremente en torno al barco, y luego se alejaron
Recuperada la calma, en vez de dirigirme a puerto, decidí pasar la noche en alguna playa solitaria.

Unknown dijo...

... Y EL CUENTO SIGUE

...Una vez fondeado, me tiré al agua, llevando conmigo, en una bolsa impermeable, las llaves del barco, un paquete de tabaco y algo de dinero. ¡ Que agradable estaba el agua al atardecer ¡. Me senté en unas rocas y cuando estaba disfrutando de un silencio, que solo interrumpían las olas al llegar a la playa, oí ruido a mis espaldas…
Una voz me llamó por mi nombre. ¿Quién diablos podría ser que me conociese?. La voz provenía de un cercano arbolado de pinos, pero no pude distinguir a nadie, hasta que miré a lo alto. Sentado en una rama, pude ver a un pequeño personaje, vestido de alegres colores, que pronto descendió por el tronco y se acercó a mi
-Buenas tardes, no te alarmes. Permíteme que me presente, soy uno de los duendes que habitan este bosque. Aquí vivimos los duendes: el de los sueños, el de los buenos y los malos pensamientos… somos muchos. Yo soy el de la memoria. Nosotros controlamos lo que pasa por vuestras cabezas. Los humanos pensáis lo que nosotros queremos Yo soy el duende de la memoria, nací en el norte de Europa, entre Suecia y Noruega y mi nombre es Hilsen (que significa “recuerdos” en Noruego)
Podéis imaginar cómo me encontraba yo. No entendía nada de lo que me estaba ocurriendo. Solo me había tomado un par de whiskys, lo que tampoco era como para estar “chispa”
Y el pequeño personaje prosiguió
-Hoy has hecho una buena acción al salvar al delfín y queremos recompensártelo. Tu, como todo el mundo, has vivido momentos buenos y momentos malos, a lo largo de su vida. Si lo deseas puedo borrar de tu memoria todo lo desagradable que te ha pasado y es más si en un futuro te ocurren cosas “malas” las olvidarás al momento
-De acuerdo contesté, ¡Hazlo!
Y entonces sentí una extraña sensación… solo recordaba las cosas buenas que me habían ocurrido: La primera novia que tuve,… lo bonita que era y lo enamorado estuve de ella ¡Y yo apenas era un crío!... pero luego me invadió una sensación triste… porque ahora no estaba conmigo
Luego recordé mis años de Facultad cuando practicaba atletismo (lanzamiento de peso) y cuando gané una medalla en las Olimpiadas Universitarias… pero este buen recuerdo se siguió también de una sensación triste… porque ahora, con muchos años encima, ya no tenía forma física de entonces.
Después mis pensamientos fueron pasando de unos momentos de mi vida a otros…todos acontecimientos felices y siempre me pasaba lo mismo… al final no me encontraba agusto porque aquellas cosas pertenecían al pasado y ahora no podía disfrutar de ellas

Unknown dijo...

... Y AL FIN TERMINA EL CUENTO


...En los siguientes días, en que estuve pensando mucho, el resultado final era siempre el mismo: una sensación de frustración y de tristeza, porque las buenas cosas de mi pasado, fueran eso: PASADO y no PRESENTE.
Entonces tomé la decisión de volver a ver a Hilsen, y pedirle que cambiase el hechizo y que me dejase recordar solo los momentos malos…AQUELLO FUE MARAVILLOSO
Me acordé de lo que lo pasé durante mi carrera, temiendo suspender una asignatura, para la que no estaba bien preparado… pero al final aprobé, acabé mis estudios y alcancé mis metas profesionales
También de la angustia que sentí cuando, haciendo deporte me disloqué un codo y temí no poder ser cirujano … lo que no ocurrió
Me acordé del miedo que me invadió durante el nacimiento de mi hija y había problemas con el parto… pero todo quedó en un susto
Pensé en lo mal que lo pasé cuando temí por mi vida durante una seria hepatitis… pero luego se curó.
Recordé, igualmente, los malos días que pasé cuando cabía la posibilidad de que padeciese un cáncer… pero aquello quedó descartado y ahora estaba perfectamente
Y también los malos momentos que pasé creyendo que la mujer de mis sueños rompía conmigo… pero aquello, afortunadamente, no ocurrió
Sin duda resulta mucho mejor recordar las cosas malas, superadas, de nuestro pasado, que las buenas
MUCHAS GRACIAS… HILSEN

Renato dijo...

Querido Carlos, mi padre decía que yo era "el capitán Contreras" y que mi frase preferida era "¿De qué se trata que me opongo?"Así que posiblemente tu amigo no esté tan desencaminado cuando piensa eso de mi.
Pero en verdad lo que soy es un provocador inseguro. Como amante de las Matemáticas sé que hacen falta unas premisas iniciales para desarrollar cualquier pensamiento. Premisas que son axiomas.
Pero como amante de la vida también se que la verdad es un camino que hay que recorrer y no una meta. Y la mejor manera de recorrer el camino es debatiendo amistosamente desde axiomas diferentes e incluso desde lógicas diferentes.
Me gusta mucho cuando las dagas florentinas se convierten, sin renuncios, en sinceros abrazos.

En cuanto al honor de participar en tu blog, no creas que no pienso a veces que es una osadía por mi parte, pero disfruto mucho haciéndolo y entonces me acojo a las frases de Gonzalo de Berceo :" ca non so tan letrado por fer otro latino:bien valdra, commo creo, un vaso de bon vino."

Abrazos.

Renato dijo...

Querido amigo Alberto. Yo he conocido a otro duende, posiblemente sea amigo de Hilsen. Como soy mas de montaña, lo conocí en Ordesa un día que estaba muy triste y había subido a olvidarme de todo por la senda de los cazadores y llegar a la Cola de Caballo por la faja de Pelay.
Vino a verme sin que yo le llamara.Era de edad indefinida; vestía un sayón de sarga marrón y un gorro de raices. No llevaba zapatos pero envolvía sus pies en arpillera tupida ,restos de un antiguo saco de áridos. Me dijo que se llamaba "Chou de los Minairons" y que había llegado a mi porque la angustia le convocaba.
Estuvimos toda la tarde hablando de muchas cosas y nos hicimos amigos. Al final me entregó las tres monedas de la amistad para que las gastara cuando reconociera las señales, pero nunca antes.
Las tengo en una caja de "queixo" en mi casa y las miro de vez en cuando. Pero aun no se lo que quería decir con eso de las señales. Siguen tersas y lustrosas con un brillo nacarino.

Siempre que puedo paso unos días en Ordesa y veo a mi amigo Chou. Hablamos de todo pero cuando le pregunto que coño es eso de las señales, se encoge de hombros y sonríe de manera enigmática. Jo, como me desespera.

Si algún día estáis muy angustiados el suele estar en la zona mas unbría de la subida a las clavijas del Cotatuero. No lo podrá evitar e irá a conoceros. Decidle que vais de mi parte.

Ya te contaré mas cosas de él.

Renato dijo...

Esta noche de insomnio, me la he pasado pensando en la experiencia de Alberto con Hilsen y había algo que me inquietaba y mucho.
Los malos recuerdos son piedras muy pesadas y duras, llenas de aristas cortantes que rasgan nuestro tacto. Pero la vida, que es como un río, los va puliendo y suavizando hasta dejarlas en grises cantos rodados.Ya no duelen al tocarlos pero siguen pesando en el alma.
No obstante es cierto que toda experiencia de la vida conlleva una enseñanza; las de los malos recuerdos son bastante intensas y a veces muy útiles. Por tanto todo mal recuerdo superado es un buen recuerdo. La noche y el día siempre van emparejados Toda noche tiene su día y todo día tiene su noche. Para Alberto la mala noche de los buenos recuerdos es precisamente eso, que sean recuerdos. Yo estoy tratando de que todos los recuerdos de la infancia de mi hijo sean buenos, desdichadamente no es posible. ¿Le estoy maleducando?.
No tengo claro si perder un mal recuerdo se llevaría también la sabia enseñanza que le acompañó en compensación.
Mi padre murió un doce de Abril hace 44 años. De cáncer de pulmón con metástasis en el estómago. Sufrió una agonía terrible. En aquel tiempo estaban menos avanzados los tratamientos para paliar el dolor de los enfermos terminales. El caso es que le recomendaron no beber agua porque le producía dolores de estómago fuertes.
Recuerdo con horror las noches que me quedaba velando su dolor que no su sueño. Muerto de sed me pedía agua y yo me tenía que decidir entre que sufriera de sed o de dolor de estómago. Humedecía una gasa y se la ponía entre los dientes para aliviarle, pero al final de la noche había desaparecido el vaso entero. Ojalá desapareciera de mi ese recuerdo que no me aporta nada.

Creo que Sísifo fue feliz mientras subía la roca por primera vez y veía que avanzaba su condena. Pan y tortas. Tal vez sintiera que su liberación estaba cerca.
Si pudiera olvidar lo trágico de su condena cíclica, tal vez aun no se sintiera como un trabajador mas engañado por patronos sin escrúpulos.

Pero lo que mas me angustia de la decisión de Alberto es que eligiera recordar los malos recuerdos sin recordar el alivio que supone cuando pasan.
No recordará por tanto como aprobó esa asignatura, y pensará que la aprobó sin pena ni gloria, no recordará su emoción en el nacimiento de su preciosa hija, y desde luego vive en un continuo sinvivir porque teme que la chica de sus sueños le va a abandonar de un momento a otro. Ademas el temor al cáncer le ha convertido en un hipocondríaco de libro.

No se si olvidar los malos recuerdos le pueden hacer tonto a uno, pero desde luego olvidar los buenos es quitar la sal a la vida.

Y eso me lleva a la pregunta del principio.
Supongamos que una persona, por ejemplo yo, perdiera todos, absolutamente todos los recuerdos.
No sabe quien es, ni como se llama, ni donde nació, ni atarse los cordones ni usar el velcro. Ese ser no es Renato, es otro que acaba de nacer.
¿Donde está pues Renato? ¿En el Cielo, en el Infierno o en el Limbo Cachimbo? ¿Ha muerto o simplemente a pasado a los planos astrales de Alan Kardek o Helena Blavatsky?

Yo me cambié por otro pero mi yo sigue por ahí disfrutando o penando mis recuerdos, y escribiendo esto.

Dentro de un enfermo profundo de Alzheimer ¿Quien está?

Mi esposa me decía " No, no eres el capitán Contreras, pero lo pareces porque eres tan tonto que crees que la lógica persigue la perfección. Estoy condenado.

Carlos del Ama dijo...

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Me ha encantado tu artículo sobre la memoria. Es un asunto que desde hace tiempo me tiene sensibilizado, aunque en mi caso el problema no es que se me oculten los conceptos sino las palabras, incluso las más comunes, lo que hace que mis conversaciones vayan a trompicones.

Cuando me jubilé compré una pizarra donde anoto las fechas de las consultas médicas pendientes, las fechas de las tertulias mensuales en las que participo, las fechas de los cursos que doy en Cáritas y ahora, además, palabras de uso común que normalmente se ausentan cuando las demando. En dicha pizarra acabo de escribir: TODO RECUERDO QUE CAREZCA DE FUNCIÓN EN EL FUTURO ES PRSCINDIBLE; CLARO QUE, OLVIDAR LO HECHO, ES OLVIDARSE EN PARTE DE QUIENES SOMOS.

Muchas gracias por tu artículo.



Paco

Carlos del Ama dijo...

Muy interesante la reflexión.

Luis

Carlos del Ama dijo...

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Me encanta leerte y creo q me ayudas en mi evolución personal. Quiero compartir contigo un documental q me hizo reflexionar sobre la vida.
Para q queremos la memoria de un pasado de evolución oculta si tenemos la fuerza del presente, la fuerza de la vida en armonia y rodeados de amor y asi afrontar un futuro de esperanza donde podemos obtener la energia de forma libre y limpia, dejar de depender del dinero y por fin evolucionar hacia Dios, por q ese es el camino de la verdad es el camino del amor y mientras el ser humano no sea libre no se podra acercar a Dios, tu y yo lo hemos hecho por q somos libres, pero somos los menos.

Eloi

Carlos del Ama dijo...

Me ha encantado. Podrías digitalizar todos los documentos y así no los perderías. Es papel, si, pero es parte de tu vida, lo importante es el contenido y los recuerdos que los mismos te traen

Laura

Carlos del Ama dijo...

A nosotros nos ha pasado un poco igual pasar de una chalet grande a un apartamento de 2 dormitorios, es un ejercicio de vivir "ligero de equipaje casi desnudo como los hijos de la mar" como decía Machado, y los libros, que forman la biblioteca personal de uno y que han sido producto de viajes, lecturas, trabajos etc., y han ocupado mucho tiempo de tu vida, siempre cuesta desprenderse de ellos.

Truffaut en "Farenheit 451" homenajeaba el papel escrito y lo que supone para la civilización conservarlos, hay libros que han sido ocultados y salvados de su destrucción por personas que han arriesgado sus vidas para salvar un poco de celulosa y un poco de tinta, pero precisamente con esa elementalidad material se incluyen grandes ideas, pensamientos, y vivencias de los habitantes del navío espacial "Tierra", la nacionalidad del arquitecto-ingeniero-humanista y también norteamericano Buckmister Fuller.

Siempre he visitado bibliotecas por el mundo, la de Gunnard Asplund en Suecia, la de Alvar Aalto en Vipuri, y muchas más, son espacios maravillosos donde se agrupa el conocimiento y la historia de nuestra cultura. El día de nuestra junta 13 de abril que era mi cumpleaños se fuerom Gunter Grass y Eduardo Galeano, y quedan ejemplares del "El tambor de Hojalata" y Las venas abiertas de América Latina" en muchas bibliotecas del mundo, incluso en la personal de Obama del libro de Galeano que le regaló Chavez a Obama.

Hay una foto en blanco y negro maravillosa de una biblioteca en Londres destruída durante los bombardeos de la luftwafe, y un lector con bombín de pie sobre los escombros del techo recien bombardeado hojeando un libro de los estantes, destruir bibliotecas, museos como están haciendo los fanaticos ahora en Mesopotamia o como hicieron en Sarajevo no hace mucho tiempo es sumamente triste, por ello comprendo tu pesar a desmembrar tu biblioteca, y ya me di cuenta en la reunión en tu casa que en el salón había muchos estantes vacíos.

Yo he pasado por ello aunque los libros permanecen en la biblioteca del estudio, en Ruiloba y en mi memoria aunque se vuelve cada vez más débil con el paso del tiempo, por eso releer libros leidos años atras es bastante placentero, yo tengo una lista importante de libros que he leído y quiero volver a leer cuando tenga tiempo, y creo que me pasará como a Escipión después de sus campañas africanas y me parece que lo expresaba de esta manera: "nunca he estado más ocupado que cuando no tenía nada que hacer"

Carlos del Ama dijo...

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Luis

Carlos del Ama dijo...

Leyendo a Renato me planteo el tema del recuerdo y el dolor provocado por algunos recuerdos.

El miércoles estuve comiendo con el Ministro Montoro en el Club Financiero Génova, en una comida que, al ser unos veinte comensales, resultó una tertulia muy fluida. Hablando de los efectos de las medidas anticrisis surgió el tema de los "efectos colaterales" y alguien sugirió la parábola de un enfermo terminal al que un cirujano cura y, estando convaleciente el enfermo, le visita un amigo que le pregunta: "¿Que tal el cirujano?" y el enfermo responde: "Pues me hizo daño y aún me dura"

Es el dolor curativo, que como el preventivo, el que hace retirar la mano ante la llama, son dolores serviciales, pero doler, duelen.

Carlos del Ama dijo...

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Extraordinario, maravilloso, Carlos, lo guardo…

Mil gracias por compartirlo.

Un fuerte abrazo,

Emilio

Carlos del Ama dijo...

Pensando en el duende de la memoria de Alberto, recuerdo que mi padre tenía dos definiciones de la experiencia.

-Experiencia es ir a un restaurante y pedir sin mirar la carta.

Y la que hace al caso:

-Experiencia es haber vivido lo que te gustaría no haber vivido

Si el genio nos borra los pensamientos desagradables, nos quedamos sin la principal parte de nuestra experiencia

Renato dijo...

Carlos dices que voy a la contra. Creo que no es verdad, trato de ir a lo ubicuo.

Dos apuntes.

Hay curanderos que rajan y hacen daño pero no curan.Hay que saber reconocerlos y no arrimar el ascua a tu sardina.

No hay que perder ningún recuerdo. Perder los recuerdos, los buenos y los malos es perder el pasado. Cada recuerdo olvidado es una parte de tu vida muerta antes de tiempo.

Carlos del Ama dijo...

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Mi querido amigo Carlos,

De los maridos de mis amigas eres mi favorito. No es fácil encontrar personas que tengan, o expresen, ideas tan profundas como las tuyas. Reconozco que algunos de los escritos que me has enviado no los entiendo muy bien. Pero,este sobre la memoria, me a impactado, y...!como te comprendo!

Yo estoy empezando a pensar en lo mismo que tu. Todo lo que tenemos que no sea en beneficio de un futuro inmediato, nos sobra. Y como el futuro se nos acorta, mucho de lo acumulado no tiene sentido guardarlo.

Comprendo que te haya causado un mal trago prescindir de los vestigios de tus logros pasados. Pero eso,ya lo tiienes apuntado en el Haber del gran libro que todos tenemos de nuestra vida.

Tengo la sensación de que vuestra nueva casa va a traeros muchas ventajas; se lo decía el,otro día a Marisa. Ahora va a ser una vida nueva, con un presente importante, y un futuro en el que Dios proveerá. Y sobre todo: que te quiten lo,bailao..!

Nadie te va a quitar tu YO, como se temía Unamuno. Las cosas materiales que tenemos ya las disfrutamos en su momento, luego están amortizadas. Hay un dicho ingles que siempre me ha hecho mucha gracias, que no se si conoces. Pasaron cosas que no estamos muy seguros si fueron acertadas o no, pero " It was a good idea at that time".

Asi que después del desgarro que te esta costando el desprendimiento de todo lo que encierran tus 85 cajas, y los libros de los que vas a tener que prescindir, vas a encontrar mucho espacio libre para llenarlo de nuevos proyectos, ilusiones y demás, que seguramente volverás a limpiar otra vez.

Querido Carlos, !Vida Nueva¡ no sabemos si corta o larga, pero NUEVA. No hay que mirar para atrás, que te puede dar torticolis, o,convertirte en estatua de sal.

Parezco la señora Fracis, aquella que daba consejos por la radio hace mil años...No tomes mal lo que te digo, porque es un sentimiento de amistad y comprensión toda esta perorata.

Tienes todo mi cariño, aunque yo sea una amiga prestada de tu santa esposa, pero siempre me ha encantado todo lo que piensas, y lo que haces. Ahora me estoy acordando de un día en la playa de Santander, que estabas bajo el toldo leyendo filosofía...

Una abrazo gordo,

Julia

Carlos del Ama dijo...

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Buenos días Carlos



Como siempre, un placer leer tus palabras. Interesante asunto, en un momento donde todo se guarda en un ordenador…

Se está perdiendo el gusto por leer con un libro en las manos, donde poder saborear el arte de leer pasando páginas y sosteniendo tu libro entre las manos. Si Cervantes, Don Lope de Vega, Valle Inclán, Machado o Rubén Darío levantaran la cabeza…

Un saludo

Daniel

Pd. Todavía te quedan muchas páginas por escribir.

Carlos del Ama dijo...

Recibido por e-mail

La verdad es que no siempre leo tus artículos del blog; sin que medie para ello razón alguna, unas veces lo hago y otras no. En esta ocasión sí lo he hecho y tus comentarios me han resultado muy estimulantes. Yo también lo guardo todo, o casi todo, y hace tiempo que descubrí que lo único que, de verdad, merece la pena guardar son las emociones y los sentimientos… cuándo esto son positivos; en caso contrario, hay que olvidar y la capacidad de olvidar es paz para el alma.

En mi caso, desde que tú y yo nos conocimos (y fuiste mi jefe en un proyecto en Pontevedra), allá por 1982 (¡33 años!), he vivido 5 mudanzas (de Madrid a Barcelona, Madrid, México, Madrid y México… y no cuento las de vivienda). Siempre he arrastrado mis recuerdos físicos conmigo, hasta que, hace cinco años, Paty, mi mujer y yo, nos compramos/construimos una granja a 90 kilómetros de México DF, desde donde te estoy escribiendo.

Esta mañana, tras mi ritual matinal me planteé si tiene sentido lo que estamos haciendo. Te cuento. El ritual matinal de los domingos, al que me refiero, es el siguiente: me levanto con el sol (hacia las 6 de la mañana), voy a ver a los animales (tres caballos, 20 conejos, 50 palomas, 50 codornices, 100 pollos de engorda, 100 gallinas ponedoras y 8 o 10 gallos – quienes, cuando pierden su vigor, en lugar de darles cialis o viagra, van a la cazuela y al estómago, en forma de pepitoria-); paso una hora esperando a que se levante Paty para desayunar juntos. Esa hora la suelo dedicar a bucear por mis diferentes recuerdos (mantengo algún I/O memorandum firmado por ti) y, en general, efectivamente, me aportan poco para mi futuro… excepto, a veces, nostalgia. Pues bien, hoy Paty, durante el desayuno me ha planteado cuándo vamos a llevar a cabo nuestro próximo proyecto que consiste en que queremos irnos en coche hasta Alaska y dedicar entre 3 y 5 meses a la expedición. Mi respuesta ha sido que, todavía, no puedo abandonar mis responsabilidades durante ese tiempo y que tendrá que esperar. Inmediatamente me he planteado si merece la pena esperar y me he preguntado si acarrear con todo este equipaje es sano o no lo es. La verdad es que he llegado a la conclusión de que los recuerdos, como todo en la vida, hay que sintetizarlos.

No creo que sepas que hace 10 años pasamos por un periodo especialmente cruel que duró unos tres años. Creo que, entonces, nos sobró valor para afrontar los duros acontecimientos que, como familia, se nos vinieron encima. Sin embargo, al salir de todo ello, me faltó valor para destruir el 90 % de mi archivo documental… y sigo cargando con él. Sin embargo, hace 5 años sí tuve el valor de sintetizar los hechos, sentimientos y emociones que afloraron durante esos 3 años de infausto recuerdo. Te los comparto en el documento adjunto.

En fin, Carlos, que tu artículo me ha ratificado algunos de los pensamientos de la mañana y me ha resultado útil. Que lo sepas. Probablemente esta tarde empezaré a destruir algunas cosas para aligerar el equipaje.

Un abrazo muy fuerte.

Carlos del Ama dijo...

El anterior comentario, lo firma Jose Ramón

Carlos del Ama dijo...

A Jose Ramon le invito a que comparta con todos nosotros el documento al que se refiere en su comentario, que me ha enviado.

Es todo un ejemplo de superacion que beneficiaria a mas de uno de los amigos lectores.

Carlos del Ama dijo...

El enlace que nos envia Eloi

https://mail.google.com/mail/u/0/?hl=es&tab=wm#sent/14cefbe1e4e031ca?projector=1

Carlos del Ama dijo...

Recibido por e-mail:

Hace cinco años me encontré a un viejo amigo, de noche, con unas bolsa llenas de libros que iba depositando lentamente en el contenedor de papel y cartón.
¿Qué haces Juan? Me respondió lloroso que estaba tirando sus libros y documentos porque se trasladaba a una casa pequeña de Alemania. Su mujer es alemana y una hija trabaja alli.
Antes de tirarlos les echaba una ojeada, cerraba los ojos y al contenedor.
Tu melancólico articulo me ha gustado mucho y percibo que exageras un huevo con la perdida de memoria etc.
Yo, enfrascado en tareas sociales, no tengo signos alarmantes, de momento, pero lo de las pastillas y las gafas a diario. Las ha llegado a buscar teniéndolas puestas.
Cuando me prejubile en Acenor me llamaron a los pocos deis para que explicara un asunto. El guarda, que me saludaba siempre me pegó un corte de mangas. que me hizo reflexionar. Empecé a romper los papeles de expedientes, Eres, evaluaciones de puestos etc. Empezaba otra etapa en mi vida.
Mucho animo, intensifica el ejercicio.

Manu

Carlos del Ama dijo...

Me ha gußtado mucho tu escrito. Un abrazo

Luis

Carlos del Ama dijo...

Recibido por e-mail

Changer habitat est toujours eprouvant.

Mais plus grande la famille et toujours plus grand les challanges que la vie nous apporte. Faire face a ces challanges nous semble parfois un peu trop imposant; bien sure je parle de mes propres experiences,ce qui impose le respect et la compation en ce qui concerne nos amis les pus cher! Donc ne te sens pas en faute pour mes suggestions,car pour moi une bonne sante represente la vie et la liberte.

Un abrazo

Annik

Renato dijo...

Pues yo tengo tres gallinas en un corralito. Ya van para los tres años pero siguen poniendo huevos.Ahora pocos pero han sido unas "hachas". El primer verano y parte del segundo, estuvieron poniendo un huevo diario cada una, sin fallar. Mi hijo y yo que apenas consumimos media docena a la semana nos veíamos con 21 huevos semanales. Nuestros vecinos y amigos estaban encantados pues siempre regalábamos una docenita a los que venían a visitarnos.
Ahora ponen menos, aunque de vez en cuando podemos regalar unos pocos.

Pero mis gallinas morirán de viejas y no le faltará ni pienso, ni agua ni esas sobras vegetales que adoran. No terminarán en la cazuela. Se han ganado una jubilación tranquila y feliz. Criaturas de Dios que han cumplido su función. Benditas sean.

Jaime López dijo...

Memory... is the diary that we all carry about with us.

Oscar Wilde, The Importance of Being Earnest, 1895.

Jaime

Jaime López dijo...

Y, además, Carlos, como sabes de sobra, deshacerse de cosas no tiene nada que ver con la felicidad.
Una prueba es la de este hombre que lo dejó todo:
http://www.elmundo.es/magazine/2007/395/1176906666.html
Ni siquiera con la sabiduria.
Ya decía el Libro del Tao:
"El erudito, no es sabio
El sabio, no es erudito".

Jaime López dijo...

Y vas a permitirme que te sugiera la práctica maravillosa de la meditación (entendida como "traer los pensamientos al presente")de diez minutos.

Consiste simplemente en esto:

1. Ve a una habitación donde puedas sentarte derecho y nadie te moleste.

2. Por la alarma del Temporizador/Timer en 10 minutos.

3. Siéntate en una silla y asegúrate de que estás cómodo. Apoya las manos en las piernas.

3. Fija la mirada en algo que esté frente a ti. Respira profundamente 6 veces. Con cada espiración, deja que tu cuerpo se relaje cada vez más. En la sexta espiración, cierra lentamente los ojos.

4. Concéntrate en los puntos de contacto de tu cuerpo con la silla y el suelo. Siente las manos en las piernas y los pies en el suelo.

5. Toma conciencia con los sentidos del espacio que te rodea: los sonidos que oyes, los olores que percibes,....

6. Luego, fija de nuevo la atención en tu respiración. Siente cómo tu pecho se expande al inspirar y se contrae al espirar.

7. Una vez que estás cómodo con tu ritmo de respiración, empieza a contar del 1 al 10. Cuentas 1 en la inspiración, 2 en la espiración; 3 en la inspiración, 4 en la espiración; 5 en la inspiración, etc. Esto te ayuda a concentrar la mente en la respiración y no en tus pensamientos.

8. Cuando llegues a 10 (es decir, 5 respiraciones completas), vuelves a empezar desde 1. No sigues con 11, 12, 13,...

9. Mientras haces esto, deja que los pensamientos vengan y se vayan. No se puede detener los pensamientos, pero lo que quieres es evitar recrearte en ellos. Cuando te das cuenta de que la mente se recrea en un pensamiento, simplemente vuelve a concentrarte en contar las respitaciones.

10. Cuando suene la alarma, terminas.

Al principio puede ser complicado. Pero es como conducir. Al porincipio se es más brusco conduciendo, pero, con el tiempo, conduces de forma más automática y fluida. Lo mismo ocurre con la meditación.

http://www.willpowered.co/learn/benefits-of-meditation-on-willpower
http://www.willpowered.co/learn/daily-willpower-habits

Carlos del Ama dijo...

Recibido por e-mail

Comprendo tus problemas con la mudanza de una gran vivienda a una morada mucho más pequeña. Imagino el volumen de los archivos que comentas y los miles de libros para colocar de una librería a otra y su posterior clasificación que te permita su rápida localización. Estoy maravillado de la forma tan simple como describes esta situación.

En el año 2004 yo pasé por una situación similar. La diferencia contigo consiste en que tanto el número de archivos, cajas y libros era muy inferior en cantidad y calidad.La operación muy parecida de un chalet de 250 m2 a un ático de 100 m2. Todo salió bien y también muchos recuerdos en papel fueron a engrosar los depósitos de reciclado de papel.

El último párrafo de tu escrito destila realismo, pero me alegra de que con independencia del tiempo que te quede por escribir, esos escritos los podamos compartir tus amigos.

Un abrazo y hasta pronto.

Miguel