viernes, 6 de noviembre de 2015

Teoría y Práctica del Marxismo, y III



Teoría y Práctica del Marxismo, y III
La ideología subyacente de la estrategia de Podemos

Tras el rotundo fracaso de los regímenes comunistas, con sus represiones de la libertad, sus encarcelamientos y ejecuciones, junto con el descalabro de sus sistemas económicos en todos los continentes, la humanidad daba por zanjada la experiencia marxista, confinándola en una etapa de la historia concluida y superada. La caída del Muro de Berlín redactó el certificado de defunción de un sistema que, como teoría, había llegado a ser la gran esperaza de muchos, durante décadas, pero que, en la práctica, había demostrado ser un gravísimo error histórico. Sin embargo, en la actualidad, nos encontramos en una época post-marxista en la que se intenta salvar retazos del pensamiento de Marx, mediante lecturas revisionistas de sus escritos y la publicación de comentarios interesados en la pervivencia del marxismo.

La revisión de los textos de Marx ya se inició en vida del autor. La rectificación fundamental fue la de la tesis sobre el materialismo histórico que propugnaba una ley implacable de la historia por la que los sistemas económicos evolucionaban de manera natural hacia el capitalismo para, desde él e irremisiblemente, se llegase al comunismo mediante la revolución del proletariado. Al plantearse la Revolución Rusa, se partía de un pueblo mayoritariamente agrícola, donde la mayor parte de la propiedad de la tierra era comunitaria. Si la implacable teoría defendida por el materialismo histórico tenía que cumplirse, habría que desmantelar las estructuras comunitarias, una forma de comunismo rural, para generar un proletariado e implantar el capitalismo, como fase previa al esperado triunfo del comunismo. En aquella ocasión, 1877, Marx dijo: “ Si Rusia tiene que transformarse en una nación capitalista a ejemplo de los países de la Europa occidental, no lo logrará sin transformar primero en proletarios a una buena parte de sus campesinos; y en consecuencia, una vez llegada al corazón del régimen capitalista, experimentará sus despiadadas leyes.” En 1965, Althusser, un destacado teórico marxista,  organizó el seminario Leer el Capital, en el que reunió un grupo de intelectuales comunistas con el propósito de rescatar a Marx del marxismo. El primero en intervenir en ese seminario fue Godelier, quien demostró que Marx no había escrito nada sobre las leyes de la historia y que la interpretación por los propagandistas marxistas del materialismo histórico era una estrategia política para imbuir en las masas la falsa idea de la inevitabilidad del comunismo.

En la actualidad, vivimos una era post-marxista en la que gran parte de la nueva teoría política que alienta en los rescoldos del marxismo, tiene sus raíces en las ideas de Gramsci. Gramsci era un líder comunista italiano que, tras la detención por Mussolini de la cúpula del Partido Comunista Italiano en 1923, pasó a convertirse en el máximo dirigente del partido, refugiándose en Viena. Tres años más tarde, fue detenido por los alemanes y entregado a Italia, donde, prácticamente, murió en la cárcel, ya que murió en el hospital al que fue trasladado desde la cárcel en estado terminal. Fue en prisión donde escribió sus Cuadernos de la cárcel.

Son las ideas marxistas de Gramsci una de las fuentes que alimentan la estrategia de los movimientos bolivarianos y la de los movimientos populistas europeos, como los de Syriza en Grecia y Podemos en España. El planteamiento de Gramsci es que la batalla política hay que darla en lo que Marx llamaba las superestructuras. Es una batalla ideológica en la que el objetivo último es la conquista del poder para, desde él, hacer la revolución y cambiar las estructuras. Para Gramsci, esa conquista ha de lograrse consiguiendo la hegemonía, lo que consiste en lograr el respaldo de la mayoría, haciéndoles creer a los ciudadanos que los objetivos del partido son los intereses del pueblo, para lo cual, conviene ocultar los verdaderos objetivos y envolverse en un velo de antisistema que capitalice el descontento y arrastre a las masas bajo la bandera del anti estado actual de las cosas, sin hablar del qué hacer ni de cómo conseguirlo.

Para alcanzar el poder está el camino de la revolución proletaria, pero no hay que descartar la vía de la participación en el juego de la democracia burguesa, como alternativa para lograr la implantación del socialismo científico; arrastrando a las masas mediante todo tipo de promesas y propaganda y capitalizando su descontento con la coyuntura en la que viven. El objetivo final es implantar la dictadura del proletariado. La estrategia a seguir para lograr el poder por la vía democrática, consiste en:

-Capitalizar el descontento de los ciudadanos, procurando identificar al propio partido como la única respuesta al cambio, sin desvelar las propias intenciones, ocultando tanto objetivos como programa bajo una nube de ambigüedad y desacreditando a quienes propongan otras alternativas de cambio, denunciándolos como continuistas.

Una vez conquistado el poder, hay que mantenerse en él por todos los medios, incluso cuando el soporte popular empiece a decaer con el desencanto de las masas por lo escaso conseguido y las nuevas penalidades. Para ello, son cinco las recomendaciones a seguir:

-Controlar los medios de comunicación, eliminando a los disidentes.

-Asegurar el soporte del ejército y las fuerzas de seguridad, tras una drástica depuración

-Neutralizar a la oposición

-Depurar los cuadros de mando del propio partido

-Fortalecer las alianzas con aquellos partidos que hubiesen facilitado el asalto al poder y con gobiernos ideológicamente afines que puedan ayudar desde el exterior a mantanerlo.

Para ello, hay que comenzar cuanto antes a:

-Identificar a periodistas y profesionales de los medios ideológicamente afines y trazar un plan para amordazar la libertad de información.

-Reclutar altos mandos del ejército y la policía, simpatizantes con la propia ideología, que se vinculen y comprometan con el partido, capaces de captar a otros militares, con capacidad para configurar el alto mando de la defensa y para dirigir al ejército y las fuerzas de seguridad, tras la toma del poder. Es importante prestar atención al grado y empleo de los elegidos, dado que quien recluta a un soldado, dispone de un soldado, pero quien recluta a un general dispone de una división.

-Elaborar una lista de personas a neutralizar, a fin de decapitar a la oposición tras el control del poder sin eliminarla por completo, con el objetivo de poder culpar a la oposición de las consecuencias de las medidas desacertadas y de los errores que se puedan cometer cuando se esté ejerciendo el poder.

-Identificar a los críticos con la dirección del partido que ocupan cargos de responsabilidad, a fin de eliminarlos tras la toma del poder.

-Asumir todo tipo de alianzas, internas y externas, que potencien las posibilidades de acceder al gobierno.

Si analizamos los diferentes contenidos de los sucesivos programas de Podemos, vemos como están compuestos de una serie de promesas claramente irrealizables, enmarcadas en una crítica feroz al sistema vigente, alentando el descontento, junto con la esperanza de un mundo idílico. En política económica, proponen versiones de teorías Keynesianas, sin enterarse de que la reciente crisis fue una crisis por sobre-endeudamiento debido a la aplicación incontinente de Keynes por el Gobierno Zapatero. Pero, en opinión de Pablo Iglesias, las deudas son para no pagarlas. Todo vale. El objetivo es alcanzar el poder. Al ser posible, logrando la hegemonía tras convencer al pueblo de que se comparten con él los objetivos, pero si no se logra la legitimidad que proporciona la mayoría, alcanzar el poder con los medios que sean necesarios, incluso la violencia. “El cielo se conquista”, afirmaba Pablo Iglesias. “No solo cabe la posibilidad de ganar o perder la partida, sino que también es posible modificar la configuración actual del tablero o incluso patear el tablero mismo”. Decía Iñigo Errejón.

Otro teórico del post-marxismo, Perry Anderson, decía que “La única forma de acabar con el capital es con la fuerza de las armas”. Pablo Iglesias considera que “Hay que conjugar poder y hegemonía”. Las detenciones de opositores en Venezuela y su amenaza de sacar los tanques a la calle si perdiesen las próximas elecciones, ejemplarizan la reacción de las autoridades post-marxistas cuando temen perder la hegemonía conquistada con los métodos de Gramsci y las experiencias en Corea del Norte o Cuba son un buen ejemplo de lo dicho. También Maduro se resistirá a abandonar el poder si perdiese las elecciones.

Otra estrategia hacia la conquista del poder es la de ir acaparando el ámbito de la izquierda mediante el entrismo, una estrategia política atribuida a Trosky que fue utilizada tanto por Lenin como por Mao, así como por los partidos revolucionarios bolivarianos, que consiste en introducirse en otros partidos de izquierda más moderados, reformistas, pero no revolucionarios, fundamentalmente socialdemócratas; con el fn de radicalizarlos y canibalizarlos, captando desde dentro parte de sus militantes políticos, en busca de su disolución, mediante la provocación de enfrentamientos internos en el partido infiltrado, la absorción o la transformación  de los partidos reformistas en revolucionarios para su posterior integración con el partido más radical. Tenemos un ejemplo en Chavez cuando disuelve el MVR para formar el PSUV.

Nota. Leer también, en éste mismo blog, sobre marxismo:




Así como, sobre Podemos:





6 comentarios:

Carlos del Ama dijo...

Lo que el Materialismo Histórico hace es afirmar que son las condiciones materiales las que condicionan las creencias. Lo que en términos marxistas se traduce por la frase de que "la infraestructura ( condiciones materiles) condiciona la superestructura (ideas y creencias)".

Carlos del Ama dijo...

Recibido por email:

Muy interesante

Adolfo

Carlos del Ama dijo...

Recibido por email:

Como siempre, genial

Laura

Unknown dijo...

CARTA DE MONCHO BORRAJO A PABLO IGLESIAS


Al Señor Pablo Iglesias:


No me preocupa su coleta perfectamente desaliñada al estilo hippy de los
60, ni esa eterna camisa blanca arrugada, ni esos rozados pantalones grises,
de tiro bajo, uniforme de falso y trasnochado progre.


En mis 42 años de profesión he aprendido a leer en las caras de las
personas, y he de decirle que la suya no me gusta y me preocupa bastante.
Es una máscara perfecta de cinismo, prepotencia y despotismo, donde la
ternura no tiene espacio, ni los sentimientos como la vergüenza o la
compasión. Vd nunca
mira a la cara, porque está por encima de los demás, y siempre ataca por
temor a ser atacado, sin escuchar ni a los suyos que discrepan de usted,
como el de la sillas de ruedas. Es Vd cruel, quien molesta o no sigue sus
dictados, simplemente le borra. Nada le impiden seguir con la mirada en el
futuro con el que sueña solo para usted, en nombre de
los demás, algo que ya hemos vivido muchas veces.


Vd me ilusionó al principio, y en poco tiempo con su conducta me ha
vuelto a la cruel realidad. Vd es un trilero que se alimenta del odio y la
necesidad de los débiles y cándidos. No es nada más que un pelele
necesario para este proceso mundial de desestabilización que corre como la
pólvora. Si me coge usted con veinte años sería un fan de sus ideas, pero ya
conozco al lobo con piel de cordero y tienen un tufo muy peculiar.


Señor Iglesias deseo de todo corazón que no camufle sus ideas tras cortinas
televisivas y falsas palabras. Me duele escribirle esto, porque sigo siendo
un utópico idealista, pero cada vez que veo unas declaraciones suyas me
siento engañado. No me gusta usted y no le voy a votar y recomendaré a
mis amigos que no se dejen engañar por sus falsas palabras. Vd lo que
pretende es llevar a España a la ruina económica y moral, aunque eso le
trae al pairo.



P.D. No se moleste en llamarme facha, rojo de mierda, o cualquier otra
lindeza de su vocabulario de los 60 de la facultad de económicas, ya me lo
han llamado antes muchas veces, sin reconocer jamás que no me conocían.
Moncho Borrajo.


FRANCISCO JAVIER IGLESIAS PELÁEZ, ex miembro del grupo
terrorista FRAP, una organización armada creada en 1973 por el Partido
Comunista de España (marxista-leninista) con la colaboración del ex
ministro Julio Álvarez del Vayo....
En 1975 asesinó a dos miembros de las Fuerzas de Seguridad e hirió
gravemente a otro, además de realizar otras acciones violentas.
En resumidas cuentas, resulta que el susodicho es el papi de Pablo Iglesias.
Este correo tiene que estar de correo a correo hasta las próximas elecciones
que corra y no se pare de circular, todos ganaremos.

Carlos del Ama dijo...

Recibido por email:

Muy interesante, es una estrategia que día a día vemos consolidada en Venezuela.

Esperemos que en España no sea de aplicación.



Rodolfo.

Carlos del Ama dijo...

Deseo aclarar a D. Pablo Iglesias que el libro Etica de la Razón Pura de Kant, no solo no existe, sino que es una contradicción de términos. Kant escribió una Critica de la razón pura que trata de la pecepción y el conocimiento, diferenciando entre lo aparente y lo real o neuménico y una Critica de la Razón Práctica que trata de ética. Hablar de ética y razón pura es un contrasentido.

Me hace pensar si todo lo que afirma con tanta seguridad y énfasis sabe lo que significa.