lunes, 2 de mayo de 2016

¿Qué razones puede haber para hacer las cosas mal?




¿Que razones hay para desahuciar a 443 familias de un plumazo?

La defensa que algunos hacen de las Cocheras de Cuatro Caminos carece de justificación, dado que habiendo 443 familias, con derechos adquiridos como propietarios de esos terrenos, no es planteable ningún argumento que suponga arrebatar a esas familias los derechos que tienen. El argumento de que fueron diseñadas por Palacios no es justificación, pues no se trata de un edificio que tenga ningún valor artístico ni cultural, como han certificado tanto la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando como la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid y como puede comprobar cualquiera que las vea.

Hablan de incorporar a las decisiones la participación ciudadana, pero en el debate que abrió Salvemos Cuatro Caminos en la Web del Ayuntamiento de Participación ciudadana (www.decide.madrid.es/debates/2969) su defensa de las cocheras del metro perdió con el 57% en contra y en la Asamblea Abierta organizada por el Ayuntamiento de Madrid el 24 de abril de 2016, quedó abrumadoramente demostrado el sentir popular manifestado por los vecinos portavoces de ese sentir popular en la asamblea, avalados por cientos de votos de vecinos. (Ver:  http://bit.ly/1VvwHE3 )

No parece que a nadie importen otros aspectos del caso, como los económicos, los sociales o los jurídicos. Esos terrenos tienen dueño. Eran públicos y ahora son privados porque el antiguo propietario, Metro, los vendió en subasta pública. Por lo que toda propuesta debiera tener en consideración los derechos de los actuales propietarios. Hay que reconocer el carácter vinculante de los acuerdos que se contraen y la permanencia de la identidad de las instituciones aunque cambien sus gestores.

Esos talleres, lo que necesitan es modernizarse, a fin de dar el debido servicio al Metro que hoy necesita. Por eso las vendió la sociedad pública, para que otros les financiasen las obras de remodelación, a la vez que hacían caja con una operación inmobiliaria. El Ayuntamiento de París, además de poder comprar, tiene derecho de tanteo y retracto sobre todas las transacciones inmobiliarias en la ciudad y lo ejercen, con lo cual, cuando quieren actuar o conservar sobre un inmueble, lo compran y, si lo tienen, no lo venden. El terreno de las cocheras era público y se subastó para deshacerse de él. La solución técnica que se ha encontrado es hacer unas nuevas cocheras subterráneas. Pero el monotema de las viejas cocheras margina otras consideraciones. De manera que al igual que no se consideran los aspectos económicos ni los humanos, tampoco se tienen en cuenta los beneficios ni la calidad del proyecto Metropólitan. Quien haya seguido los debates en Europa sobre las consecuencias para el urbanismo de las recomendaciones de Kyoto saben que se aconseja: Construir en altura, para reducir los desplazamientos horizontales, sumideros de CO2: parques, jardines, terrazas ajardinadas; reducir emisiones, buenos coeficientes energéticos que eviten pérdidas de energía, energías alternativas. Todo ello lo cumple el proyecto. Incluso se podría considerar combinar la refrigeración del metro con la calefacción de los edificios por simple convección. También cumple el proyecto con las especificaciones de la Bauhaus: edificios integrados en un parque, edificios con cuatro fachadas, espacios armónicos, diseño integral. La mayor necesidad del barrio es rejuvenecerse, pero nadie habla de que la inmensa mayoría de los cooperativistas son parejas jóvenes en edad de tener hijos.

Podría pensarse si la razón que soporta la decisión de paralizar el proyecto Metropólitan, es una cuestión ideológica. Evidentemente, ideología marxista no es y de izquierdas tampoco, pues Carlos Marx advierte en los Grundrisse que las "fuerzas reaccionarias frenan el progreso potenciando el valor de los vestigios del pasado porque los tienen delante, mientras que las virtualidades o potencialidades de lo proyectado solo adquieren todo su valor al desarrollarse" y Henri Lefebvre, comunista francés, filósofo y urbanista, dejó escrito que “los proyectos relativos al espacio, sean arquitectónicos, urbanísticos o de planificación, deben ser gestionados mediante el empleo político del saber, de un conocimiento en principio desinteresado, evitando caer en ideologías que tienden a confundirse con el conocimiento por aquellos que aceptan esta práctica” (La producción del espacio, IV.5)

La creación de espacio, como propone Lefebvre, supone despejar el espacio previo que se queda como sustrato. A veces, el sustituir mentalmente el espacio social por un espacio abstracto permite que "el poder de la burocracia esquive con coartadas reivindicaciones y propuestas (en favor de satisfacer necesidades sociales) para sustituir objetivos vitales por objetos" en este caso viviendas por naves fuera de servicio. (La producción del espacio XVIII.8)

La ideología es la cristalización de un eslogan impermeable a la argumentación e ignorante de las restricciones y oportunidades de cada espacio, transforma la realidad en esquemas y la reflexión en dogmas, eliminando toda información que se oponga a las intenciones del ideólogo. Pero no consigo entender qué ideología motiva la actitud que defiende la paralización del proyecto, pues hablan en genérico de necesidades sociales que Lefevbre cita como excusa de la burocracia para sustituir objetivos sociales por objetos, lo que supone una ideología antisocial impropia de la izquierda. Lo que hace pensar en que no es la ideología el motivo real, sino algún otro tipo de interés o agenda oculta.

El ser humano tiene necesidad de saber, decía Aristóteles, de dar respuesta a las preguntas que a si mismo se hace. Cuando se contempla un fenómeno inexplicable, la imaginación comienza a fabular en busca de razones ocultas que la vista no alcanza a ver ni la razón a comprender. Es el método que sigue la ciencia, cuando, al no entender, se inventan razones, construyendo hipótesis que más tarde se tratan de confirmar. ¿Qué razones puede haber para que mayoritariamente, los políticos que regentan la ciudad y la comunidad de Madrid defiendan lo indefendible? Estando, además, dispuestos a sacrificar a 443 familias, en descarada confirmación de que ejercen y se amparan tras la banalidad del mal que denunciaba Hannah Arendt

Descartada la coartada de las cocheras por absurda y descartada la tesis de la ideología por opuesta a los principios declarados por quienes forjaron esas ideologías que afirman defender, las imágenes que la imaginación fabula, en busca de sentido, sobre el contenido de una posible agenda oculta se acumulan ¿Estará Arabia Saudita financiando que los mejores solares de Madrid queden sin construir para poder levantar mezquitas en ellos dentro de unos años? ¿Habrá invertido CIU parte del 3% acumulado en un plan por evitar la instalación de parejas jóvenes en Madrid, a fin de despoblar la ciudad por envejecimiento y defunciones, para justificar trasladar la capital del Reino a Barcelona dentro de unos años? ¿Hay un promotor lo suficientemente poderoso como para paralizar toda la obra nueva de Madrid y quedarse con el monopolio de las viviendas de nueva construcción?

Ante la falta de otra información que aclare las motivaciones ocultas que pueda haber, todas las imaginables son hipótesis plausibles, máxime en el contexto en el que, al parecer, se desenvuelve la política española, ya que justificarían un hecho injustificable por otras causas, aportando racionalidad a la sinrazón. Por inverosímiles que parezcan esas hipótesis, convendría verificarlas, no pueden ser tan irracionales e inhumanos para actuar tan mal y mezquinamente como están actuando sin motivaciones convincentes.

Pero lo más probable es que se trate de una mera cuestión de vanidad. Da la impresión que alguien, incapaz de dejar poso con sus propias obras, pretende alcanzar una fama efímera intentando capitalizar los posos de la obra del prójimo. Habiendo descubierto algún político la oportunidad en ello para criticar la labor de la oposición cuando estaban en el poder, al creer haber encontrado un justificante para desmerecer una buena gestión que resuelve un necesidad del Metro y permite desarrollar con esplendor una zona de Madrid.  Pero volvemos a la cuestión fundamental, sea la que fuese la razón por la que unos y otros actúan como actúan, lo hacen de espaldas al daño que causan a las víctimas de sus irresponsables actos, banalizando el mal.

Nos quieren convertir en idólatras, adoradores de las cocheras de oro ante las que nos exigen sacrificar hecatombes de victimas humanas




Notas recordatorias:

OPEP: Organización Publica para la Especulación Programada

Desahuciar: Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea
                    2. Desalojar: Quitar a alguien la propiedad o el uso de su vivienda

Crimen: Acción indebida o reprensible

Víctima: Persona que padece daño por culpa ajena
                2. Persona que sufre daño o resulta perjudicada por cualquier acción o suceso

Hecatombe: Sacrificio de cien víctimas

Hecatombes: Sacrificio de cientos de victimas (En el caso considerado de 443 familias supone más de 1.500 personas afectadas)

Banalidad del mal: Ignorar el daño o dolor inflingido a las victimas que han de sufrir las consecuencias de la decisiones tomadas aduciendo una excusa con la que se pretende eludir la responsabilidad por la decisión tomada

Coeficiente de fricción dinámica del acero: 0,57

Pendiente máxima de una via de ferrocarril urbano: 1,2%



Fuentes:
Diccionario de la RAE
Diccionario de uso del español de María Moliner
HANNAH ARENDT. Eichmann en Jerusalén
 

3 comentarios:

Unknown dijo...

Tremendo artículo Carlos! Cada uno que escribes es mejor que el anterior y eso que tu nivel habitual es altísimo. Mis felicitaciones.

Unknown dijo...

Tremendo artículo Carlos! Cada uno que escribes es mejor que el anterior y eso que tu nivel habitual es altísimo. Mis felicitaciones.

MetropolitanSOS dijo...

Carlos. Me encanta tu artículo. Corro a difundirlo en twitter. Un abrazo. Angel